sábado, 11 de agosto de 2007

ANTOLOGÍA POÉTICA 1972 - 2007


EL NIETO DEL FRAGüERO
MANUEL FERNÁNDEZ CASTILLA

Introducción

Empecé a escribir este poemario en el año setenta y dos volando en un avión militar hacia el Sahara español. Ahora territorio usurpado por marruecos a sus legítimos dueños los saharauis. Y lo he terminado en el dos mil siete en Turó un lugar con un valle preciosos sobre todo en la época de floración de los almendros, una maravilla como pocas, el aire a pesar de estar cerca de la costa es limpio.de sus pobladores no hablo me abstengo totalmente. En estos años han pasado muchísimas cosa.

Entremedio de los libros de poesía quedan, cuatro novelas terminadas, y otras tantas esperando acabarse. Espero poder terminarlas antes de dejar este cruento y miserere mundo. Y acompañando y formado parte de la obra literaria hay unos miles de cuadro y unos cientos de esculturas. Es el trabajo de una vida a partir de los veinte años, que es cuando empecé. Puesto que de los escritos y dibujos de la escuela y de la adolescencia.

No conservo nada. Se perdieron en traslados.

Manuel Fernández Castilla.
El nieto del fragüero

EL OTRO LADO DE LA MEMORIA

Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Andalucía
Expediente AL-00104-2007












Desde el aire
veo un desierto
que nunca se acaba.
Soy todo sorpresa,
mi destino es incierto
¿una guerra tal vez?,
casi seguro.
Aún no lo sé.
Veo un mar de sal,
blanco, muy blanco,
como las casitas
de mi pueblo
que quedaron atrás.
En el ejército
y en lo militar no soy nada,
estoy secuestrado.
No se cuando volveré
pero volveré.

Volando en un avión militar sobre el Sahara.1972.







Silencio

Sentado en lo alto de una duna,
en la inmensidad del desierto,
no existo.
Soy aire que me lleva,
sol que se pone,
estrellas en la noche.
Una flor en brisa llega
y una mirada, a veces
te dan la mejor nota deseada.

Sahara, 1973.







Volver

Dos años después
me enteré de verdad
qué es el infierno.
Casi se me rompe todo
pero aguanté.
Cuando me vi. libre
supe lo duro que fue
el camino para
recuperar mi libertad en las maltrechas horas
que me trajeron
los días venideros.

Sahara. De vuelta a casa. 1974.








Los trigales

Cuando las espigas se quiebren
al calor del estío
y las mieses toquen el cálido suelo
llegará el otoño. Y el invierno,
con su humilde manto gris y blanco,
lleno de nubes viajeras, lloverá sobre la tierra.
Y le dirá al perezoso grano dormido
"despierta y sal, que es hora de vivir y mirar”
la brisa mañanera te está esperando,
para besarte, mecerte, acunarte
y alentar el germen que llevas en tu seno,
del que nacerán espigas
que al viento primaveral
se mecerán en las tardes estivales
como olas sin dueño
en un mar en calma.
La amapola y el gorrión
serán compañeros de viaje;
la amapola te dará un traje rojo
y será tu amante.
El gorrión te alegrará con su canto.
Siempre amanece temprano
para el grano que la tierra espera.

Historia de un grano de trigo. 1978.







El aire que respiro

Se viste el paisaje en color.
En esta temprana primavera
y a lo lejos veo
la línea del horizonte en azul vibrar.
Sueño con ser pájaro
y volar y volar a tu encuentro.
El paisaje me hace libre
para amar;
la sencilla flor,
el agua del río,
el camino que ando,
el aire que respiro,
la arena que piso,
la ola que llega,
el beso que me das
Y entre los dos queda.

Punta negra. Cabo de Gata, 1977.







Crecer

Yo amo el deseo,
ese momento que intuyo
de tornados desatados
que en mi interior nacen.
Después de la tormenta,
un mundo nuevo crece.
Cojo pinceles y abrazo paisajes nuevos,
empuño sueños de luz
es un manojo de instantes
que en el lienzo quedan
como tiempo fecundo que abrazo.

Pintando en la orilla del mar. 1979.







Aprendiz

Estoy aprendiendo
a escribir.
Veo luz otra vez
entre las tinieblas
de este caminar.
Con letras y papel,
línea a línea,
voy sembrando
ilusiones.
No permito que detrás de mi
se siegue la palabra
porque estoy aprendiendo a vivir.
Intento desnudar un verso letra a letra
Como la mañana que amanece.


Después de terminar el cuento La Vieja Librería, ambientado en Madrid. 1980.







Algo descosido

Se me cae todo.
No encuentro
palabras,
aunque las busco.
El cansancio
se ha hecho dueño
de todo mi ser.
Se me ha caído el lápiz,
el papel también.
Y hasta los sueños.
Adiós, amor, otra vez
¿te escribiré?. No se cuando.
Espero no verte más,
ando fastidiado
así que hasta siempre
búscate otro que te llore
soy ausente de ti.

1.980







Estoy lejos

Tu mirada me basta
y con ella siento
ese mundo que aflora
desde dentro.
Borracho de ti, ando
como la abeja y la flor
en el prado.
amar no tiene cura,
lo sé ¿y qué?
No hay nada
que se pueda
comparar
al inmenso placer
de dormir desnudo
junto a la persona amada.
Y en nuestra desnudez
el tacto de una piel
que en miradas acaricia.
Hoy quisiéramos
detener el tiempo
hasta quedar sin aliento.

1.981







Libre

Como una eterna
primavera
navego en la sinrazón,
me agarro a las nubes,
soporto el viento
y tempestades soy un iluso
y quiero tener
los pies en el suelo.
Quiero estar junto a ti,
pero tu corazón
late lejos
en la distancia
y con otro
hasta siempre.
No puedo amar a quien no me ama.

1.981








Desconchones en a memoria

Desconchado y a destiempo
una mano anónima dejó
escrito en una pared:
"Luisa te quiero,
siempre te espero".
Esperar.
Nos pasamos la vida esperando
como la tierra espera la semilla,
como la arena espera la ola
para besarla.
He llegado tarde.
La espera terminó.

1.981








Loquerías

Juntar dos soledades
en un mismo camino
es la razón
que no tiene cordura.
Es locura del
corazón
que, por amar,
llega al agua
más pura.

Poema para Marisol.

1.982







Letras

Que dancen los pinceles
con música de violines y guitarras;
que trabaje el cincel
a golpe de sol y viento;
que cante el campesino
detrás del surco y el arado;
que el mar labre la piedra
y el pescador componga a golpe de remo.
Yo seguiré escribiendo
donde sea y con lo que sea,
pero escribo
en este mundo incierto.

1.982







El que nada tiene

Aroma de mujer,
¡qué locura
es abrazar un sueño
en este distorsionado
mundo!
¡Es la razón certera
del que nada tiene
y todo espera!
¡Quiero ser
una vez mas
aroma de mujer a las tres!

Versos para una amiga







Las perlas

Bajo un árbol,
bajo un puente,
de frío y sin comer
y abandonados
mueren en esta sociedad opulenta
los indigentes.
Es nuestra sociedad
del bien estar, callar y otorgar.
Cartones amontonados
debajo de un puente, en un portal.
Salgan señoras a pasear,
no me den limosna
pero tampoco me pisen
que bastante me pisa la vida.
Pero paseen bien abrigadas
abrigos de pieles
y collares de perla fina.
Tengo escarchas en el alma
pero no me pisen al pasar,
las noches son muy frías
en este lado de la vida
llamada ciudad.

Madrid, febrero 1.983







Crecer

Cojo mis armas de paciencia,
no arranco, siembro,
empuño un ejercito de semillas.
Defiendo mi vida, la vida
mi libertad, la libertad
en esta tierra que me da cobijo.
Más árboles crecerán.
Hoy es un buen día he plantado
semillas nuevas.
Sol y tierra mojada después de la lluvia,
es tiempo de esperanza en el monte

Sembrando algarrobos en la Sierra de Gádor. Almería.







Sembrar


El hortelano
con sus rudezas
se levanta.
Al salir el sol
el corral se despereza,
el a la tierra
acaricia, le habla
Es hombre de campo,
atesora sabiduría
que labra en surcos día tras día.
Con manos de estrellas y luna.
Siempre sale el sol para el
le amanecen los días
llenos de semillas en las manos.

Después de la siembra de los guisantes.1983.







Orfebre

El eterno ciclo de la vida
me abraza.
Soy de un caminar
encendido:
Adoro del amor.
Su nacer
y, como un orfebre,
cuidarle y verle crecer.
Sé que delante de mí
sólo hay camino
para andar
y que el amor se termina
algunas veces
nada mas empezar.







Gotas de rocío

Cuando se desgarra
el silencio
surge el llanto,
que, como gotas de
rocío riega mi rostro
y me calma,
es un grito apagado
que quiere romper todo.
Pero el fuego
siempre arde; otra vez.
Se escuchan sonidos
de tambores y sables,
llevan una cruz por delante
no les dejemos que hablen.
Es como la brisa
llena de rocío,
que suaviza
la intemperie de un vivir,
donde a veces
se camina descalzo
y desnudo,
ante un tiempo miserere.
Se acabó la intentona golpista.
Hay que seguir vigilante
pueden llegar los de antes.







Surcos

El buen vino
se labora en
la tierra
en telúricas noches
de rocío.

Del andar
Es elixir para
aliviar este duro
camino.

¡Oh el buen vino
que sale de madera noble,
el sarmiento y el roble!
¡Compañeros brindemos!

De la cepa es el destino.
Labrador siembra dorado y rojo
que soy bebedor
de amor y vino.

Campos de viñas recién labrados.








Urbanitas

Las ciudades crecen y crecen
sin parar,
devoran el paisaje, sin parar
¡qué vértigo más enloquecedor!.
Ayer fueron campo.
Murió el campesino
en tempranos exilios;
el árbol, el pájaro,
la flor, el surco y el arado,
en desamparo desnudos se quedaron.
Adiós campo solo te quedas y
olvidado.

1983. Decadencia del parral en la provincia de Almería.
Se terminó definitivamente.








Los invernautas

Los montes de mi tierra
se van deshaciendo
poco a poco
en un manto de tristeza.
Les dejaron desnudos,
se llevaron las encinas,
el acebuche y el chaparro,
el algarrobo sureño
Y el ciprés milenario.
El viento silba en los collaos,
los barrancos rugen
con voz ronca y grave
su tristeza.
Han dejado gris el paisaje.
El plástico, último dios llegado a tierra,
allana montes, siembra invernaderos,
castra conciencias;
la avaricia ancho saco tiene,
la cordura se oscurece,
envenenamos campos y almas;
es nuestra sociedad del invernadero
en Almería la nueva tierra prometida.








Esta vida

Existen mil mañanas,
tantas como podamos
imaginar para amar.
No hay tiempo lejano,
soy pequeño en el ser,
como palomas que se arrullan en el nido.
Cuando mi cuerpo toque la húmeda tierra
seré leve en el recuerdo,
¡que no me metan en un oscuro cajón,
plantad sobre mi cuerpo
árbol que florezca
siempre lleno de primaveras!
Nada mejor deseo para mí
Que la riqueza de haber
Vivido en esta tierra.







Luz

Voy por la vida
en actitud de dar y recibir,
como el campesino y el poeta:
Uno labra los campos,
el otro la palabra.
Hay un lugar dormido
que despierta;
entiendo la luz que veo,
siento la vida,
sueño con ser campo
abierto.
Me encuentro un desierto
en el que sembrar intento.







Palabras

Lleno mis manos vacías
con palabras
y con el eco del valle
que habito
compongo una melodía
que en letras dejo
buscando armonía.








Se vende futuro

Ojos de vidrio,
piernas de plástico,
niños de probeta,
cerebros domados.
Se vende futuro
incierto.
Aunque no
lo creamos
llevamos camino de tener
mañana todos en
el cerebro
una cosa muy rara.
Nos cuadran la cabeza
a golpes de decretos,
con ojos muy abiertos
televisión mamamos;
cada instante nos devora el futuro,
ojos de vidrio, piernas de plástico,
neuronas de cilicio,
coches a todo trapo.

Un día que me compré un coche.








Duende

Hay un amor que nunca muere,
vive en fantasía,
es duende de soledades
en mis noches y en mis días.
El llanto de los ríos
en lágrimas llega
al mar
pero el agua no tiene
con qué
poderlas secar.







Sin fronteras


¡Tengo un deseo tan profundo!
Es como una herida sin fin
desde todos los tiempos.
Aquí y ahora, sentado frente al mar,
el fuerte viento
quiere arrancarme mi secreto.
Me rindo, se lo doy todo.
Y le digo
"pregona sí, pregona,
que entre los humanos ando
buscando amor
y en este empeño
he labrado toda una vida
por los caminos".
Esos caminos sinuosos
con demasiados espinos
pero aquí el mar no sabe de fronteras,
lo habito y me habita,
siempre me recibe.

Cabo de Gata. Arrecife de Las Sirenas. 1983.







Solo

Cuando pienso en ti
todo mi ser se tensa,
eres mi locura.
Quiero escribir
de amor un poema
sin fin.

No quiero amor ausente.
Estar en la calle.
Ser libre.
Es lo que hago.
Adiós amor que te sea leve
en la forma y en el modo.
A mí con un paisaje y unos pinceles para pinta me basta.
El tuyo se gasto antes de tiempo
anda descolorido.







Amor al arte de crear

Mi amor hacia ti
es un amor sin fin:
Escultura,
pintura,
poesía.
Ser de otros ojos
la mirada;
ser de otras manos
el tacto;
ser de otro escribir
la lectura.
Cogí del viento
sus mejores melodías,
del lápiz sus mejores poemas
y de la roca su duro rostro.
He laborado sin descanso
primaveras en estériles campos
que florecen a destiempo
ante la adversidad
en este mundo avariento.

Después de hacer unas esculturas.







Todos

El otro lado de la memoria
ha raptado un presente
que, entre pétreo y orgánico,
nos enseña y dice,
coge tus manos,
trabaja sí, trabaja,
y mira tu pequeño ser
que en toda tu imperfección
eres lo más grande.
Te tienes a ti mismo,
piensa que en el otro lado de la memoria
estamos todos los olvidados,
los apátridas, los fronterizos.
Mi pensamiento,
mi corazón
y mis manos,
estallan en tempestades.
Quieto miro un cielo
que en la línea del horizonte se pierde
y, ante el desolado andar de este siglo,
cojo martillo y cincel
y hablo con la piedra.

Me revela sus secretos
de luz escondida;
de tiempos milenarios
quedan las formas que me habitan
luciendo su pétrea cara.
Siento como la vida
se mueve, nace y crece.

Haciendo esculturas en piedra.







Poeta

La voz del poeta habla.
Aún quedan poetas
en alguna esquina de la vida.
Soy de los que piensan
en un corazón que ama
en verso que me desgarra
y hasta lo más hondo llega.
O aquel otro
que en silencio me dice
lo grande que es amar
y no perder jamás
lo poco que tenemos de libertad.








Liberado

Hoy pateo mi egoísmo.
Me liberaré
cueste lo que cueste,
no lo quiero
como compañero de viaje.

Pienso en la sencillez
de la araña
que pacientemente
con un hilo
construye su casa.
Sólo eso necesita.
Nosotros devoramos
este planeta,
¡qué poco queremos
nuestra morada!
¡Qué ilusos!
¿O acaso creemos
que tenemos otro?
Somos hijos de la tierra
y a ella volvemos.

1.984








Corazón viajero

Mirando el mar vi
una ola romper
sobre la dura roca.
Y en espuma se marchó.
Mi corazón viajero va
en azul turquesa y agua de mar.

Tempestades
azotan mi alma.
Día y noche
lucho sin descanso
por encontrar un poco
de calma.
Al tiempo en que
vivo pido
que no me deje más olvidos.

1985.







Desnudo

Hoy he visto
al salir a pasear
máscaras por doquier.
La mía también iba incluida.
Soy como ellos,
uno más
de este lugar
llamado pueblo o ciudad.
¡Vayan tranquilos que no muerdo,
llevo mi mejor sonrisa,
para todos agradar
ando descalzo del alma
desvestido a no poder más
y aunque me vista de seda mi desnudez
no se terminará!







Tu voz

Cuando me hablas
me acaricia tu voz.
Amiga mía,
necesito tu mirada;
por pedir te pido
una sonrisa.
La primavera pasa
y el amor perdura.
Siempre lo pienso,
más allá el futuro es incierto.
En un abrazo
sin tiempo
los dos quedamos.

Una amante desconocida.







Viejo poeta

El poeta sentado
en una roca
mira un paisaje interior,
escarba dentro de sí mismo.
Está tan gastado
que ni sombra
de verso es.

Todo un tiempo
se condensa.
Setenta años tiene
pero aún le quedan
pasos que dar.

A un amigo poeta que se fue.







Raíces

Soy de estructura
permeable
como el árbol
y la tierra que me cobija.
Miro con ojos despiertos
todo lo que se mueve.
Deseo,
hasta casi la locura,
que el amor que vive
dentro de mí
deje de ser pensamiento
y retorne físico carnal
en lo terreno y en lo humano.
Como el agua, la piedra, el árbol
y el aire que respiro,
quiero que tenga
llanto y alegría;
en un caminar desnudo
sentir que con mis manos
toco el mundo
y tener de nuevo
la alegría que me das, amor.

Mi estructura
echa raíces nuevas,
aunque día a día colecciono fracasos.
Tengo un don especial para ello.
De ellos creo que aprendo.
Equivocado estoy
en mi derrota.
Compongo una victoria.
Mantengo esperanzas
y los sueños
me dan aliento.

1985.







A un niño

Desde mi pequeñez
veo el sol que nace.
Ando, miro, escucho.
Sentado,
desde la lejanía,
me veo pequeño
¡y pensar que yo creía
que era grande!
He guardado
en el armario del tiempo
a un niño.
Para protegerlo
lo he disfrazado
de hombre.
Aún camina.
Viví una infancia plena.
Me pasé los días
inventando historias,
no había nada que me lo prohibiese.
No tenía límite.

El valor de aquellos años
es incalculable;
hoy sé
que fue libertad.

Quedan colores
de mi infancia
guardados en
en una cajita
de los mil secretos.

Hoy recojo sensaciones,
amapolas,
el verde del olivar.
Son campos de la sierra
que desde un tren en marcha
veo pasar.
No me encerréis nunca,
dejadme en un campo
abierto
donde el único límite
sea el horizonte.
La verdad siempre es loca.
No se admiten pasajeros
en este barco
con esa enfermedad.

No somos de dirección única,
el libre pensamiento es censurado,
y, no lo olviden,
que jurados los hay
y nos seguirán condenando.








He perdido el tren

Ayer vi en televisión
nacer el principio del fin.
Al pensamiento
que nos mantiene vivos
nada más nacer
le colocaron una mordaza.
Oscuras nubes tiene
el horizonte,
el futuro es control.
Me bajo en esta parada.
He perdido el tren.
Adiós libertad, adiós.


Estación de Atocha. Madrid.








Soy raíz

A golpe de sol y viento
la dura roca se rompe.
De este tiempo soy raíz,
con letras busco
y de vez en cuando encuentro
en este árido paisaje que piso.
Aún me queda memoria,
escribo en el suelo
sembrando esperanza
en esta tierra.
Dejo semillas.
Brotarán
ramas sedientas.
Serán cobijo
del viento
en el llano
y en la alta sierra.







La barca va

Los amantes se besan,
olas de espuma
tiene el horizonte.
Son lágrimas de paz,
sueño de armonía,
no hay fronteras.
La luz nace nueva.
Son los amantes.
Dame un beso
que me arranque
de la monotonía,
amiga.
Quiero crear
una melodía,
despliego mis velas al viento
y aunque naufrague
amar es mi meta.
Seguiré en el intento.







Acariciar un paisaje

El viento anuncia
la temprana primavera.
Se viste la desnuda rama
y acaricia el paisaje;
yo viajero veo
del almendro la flor primera.
De un aire nuevo
en fantasía
que sobre las olas del mar
navega
y la imaginación mira
y dice
te regalo un poema
que es un pura armonía.








Noche laboriosa

En un aire limpio
empuño un azul
y siembro
laboriosas
noches de estrellas.

Trabajo un campo
que espera
lluvia de otoño que llega.
Granos de trigo
en mis manos,
granos de trigo
en la tierra.

La razón se esconde
en un rincón.
Quiere tener
sólo una verdad
y con ella como bandera
labrar la tierra sembrando trigo
y navegar y navegar.







La nana

De una rama
cuelga un nido.
Mece el viento los
pajarillos,
les canta una nana.

Soy de un pueblo pequeño.
En la huerta hago camino.
El sol
cada día
me canta mañanas en color.
Compañera,
siempre te espero,
soy rocío de este campo
que con mi sudor riego.

La misma huerta. 1986.









De vez en cuando

En una esquina
de la vida
de vez en cuando
se hace la luz.
El otoño compone
sinfonías en color.
El amor llora su ausencia.
Lo perdió todo,
se le cae el cielo
en un instante.
Quiere empezar
otra vez a soñar.
No le dejan las heridas.
He sido pequeño
en la montaña
más alta,
y en el océano
más grande.
No hablo,
guardo silencio.
Quietud.







El mar


Hoy el mar
esta tan quieto
que duerme
se tapa
con una alfombra
de azul turquesa.
A veces me veo
anclado en el vacío.
Camino y camino sin descanso.
Encuentro un árbol.
Lo miro,
soy feliz un instante.
Cae lluvia sobre la tierra,
que cierra sus heridas
y el hortelano en el surco
templa su mano y siembra
semillas en la fértil tierra.
La vida es un sueño,
pequeño o grande,
lúcido o loco,
pero es el sueño que tengo
más hermoso.

Cabo de Gata. 1986.







Vuelva usted mañana

Vuelan mis pensamientos
y en mi soledad,
el verde de sus ojos me abraza.
Veo partir el verano
y digo adiós
a dos cuerpos desnudos
que se miran al amanecer.
Sentado en lo alto
de una piedra,
allá arriba en el monte,
veía pasar el tiempo.
Formaba parte
del horizonte.
Inventé un sueño.
Lo presenté
en sociedad.
Me dijeron
"vuelva usted mañana,
hoy no se permite
soñar".







El beso

El árbol que planté ayer
día a día lo he visto crecer.
Soy tronco y raíz,
pinto un paisaje,
soy hojas que el viento mece
o tal vez pajarillo
que canta en sus ramas.

Ando cansado.
El estío en el sur
es muy fuerte.
Una solitaria higuera
me cobija.
Descanso.
Una lagartija me mira
mientras un grillo canta.
No he tenido parabienes
ni terrenales ni divinos.
¡Vaya un destino
que me ha hecho
sufrir tantos desatinos!

1990. Descansando a la sombra de una higuera.







Un instante

Hoy he visto
dibujarse una sonrisa
que nace en tu boca
y mi alma de poeta
se disloca,
empeño todo mi ser
y mil versos escribo
porque ante la belleza no vivo.
Amiga, quiero contarte
lo que me hace pequeño
y a la vez, grande.

1990. Mari Trini sonríe.







Vecino del viento


El intermediario
con labia fina
lanza su proclama
para decirte
que es necesario,
una vez más,
rebajar los salarios.

Hoy escribo
una línea en un papel
y digo
"aquí estuvo aquel
que fue vecino del viento
en este lugar que ayer
fue campo".
Devorado por una ciudad
Asfalto, ruidos, cemento
y coches a cientos.
Semáforos peatones
y la guardia municipal
con su traje de gala
me va a multar.

Almería mal aparcado. 1991.








Una rendija

La luz se agarra
a una rendija
antes de pudrirse
entre tinieblas,
cárceles en la tierra
cárceles el en alma.
Hay travesías en el desierto
que es mejor no pasarlas.
Se va el ayer
deprisa.
Trastos en la memoria,
un desván lleno de recuerdos,
asuntos que quedaron pendientes
que nunca se resuelven,
mañana quiero ser paisaje
de pintor enamorado
y en acuarela
amanecer al nuevo día.

Pintando una acuarela en el cabo San Vicente. 1992.







Tiempo para amar

¿Qué será de aquella estrella
que allá arriba
a solas palpita?
¿Le seré yo ajeno?
¡Tengo un hueco
en el corazón
que me cabe toda ella!

He sentido el aroma
de una piel suave
y en todo mi ser
una mirada enamorada,
rodeado por unos brazos
que acarician,
unos besos que no se van.
Un cuerpo
que se abraza,
un tiempo que no se pierde
en un mar en calma.

Es tiempo para amar.
Las primeras lluvias
de un atardecer en el alma,
de un silencio
que se escucha,
de unos amantes sedientos
que pasean por la arena
en una playa tranquila.

En las primeras lluvias de otoño
el vuelo de una gaviota
es como ver irse
la últimas rosa del verano.

Y, en el aire, un aroma flota.
Es el beso que no se pierde
de dos que se encuentran,
es la semilla que brota
de una puerta siempre abierta.
Un pájaro que canta,
amanece de nuevo mi vida,
me despierta temprano.

Mari Trini sonríe otra vez, y me mira con sus agrades ojos negros cuando le leo este largo poema. 1992.








Me parece la vida

Sencilla me parece la vida
en este despertar
y quisiera que fuese así
hoy, mañana y siempre.
Y con un lápiz
formo un ejército de letras
y defiendo mi libertad,
la tuya y la del otro.
Es un arma sencilla,
no corta, tampoco brilla,
pero cuando se acierta
la herida es mortal.







Las palabras vuelan


El poderoso
siempre quiere
domar la voz y la palabra
del poeta
que denuncia
con sus versos
las sinrazones
que desde el poder
se ejercen.
El poeta, honesto, no pone la mano
ni la cartera
y a veces se ve entre rejas.
Pero no sabe el tirano
que las palabras vuelan,
las lleva el viento,
su fiel amigo y compañero
y jamás mueren.

1993.








Llueve


Tengo la primavera
dentro del corazón.
Fuera llueve y
en la alta sierra
mucha nieve.
En la chimenea
los troncos arden.
Me recojo
en el calor del hogar.
Veo caer el agua
mansamente
a través de los cristales.
Llueve, sigue lloviendo
Todo es silencio.
De vez en cuando
los troncos
de la chimenea dicen algo.

Tímar. Primavera, 1998.







Parece que fue ayer

Otro lugar en la memoria.
No sé quien es más feliz,
si el que todo tiene
o el que todo espera
llevando ligero el equipaje.

En este mundo avariento
donde la doctrina es
tanto tienes tanto vales,
precio fijo para el amor.

La imaginación
se me queda pequeña
ante una realidad
que supera cualquier ficción.

Creí que el amor
me sacaría de mi error;
ciego en mi interior
no alcancé a ver
lo que sucedía entre nosotros dos.


Gastemos las horas,
con sus precioso minutos,
en discutir
como un par de brutos.

Te fuiste por fin
con otro amante.
Que te sea bien.
Liberado me sentí.

Ella se fue.







Oscuras razones


En la calle donde vivo
han arrancado los árboles.
Las aceras llenas de ausencias lloran.
Se desconchan las paredes,
en el olvidos

Cuando veo lo que han hecho
maldigo a todos,
alcalde, concejales y vecinos
todos de acuerdo
en cometer semejante desatino.

Intento caminar,
cuando a mi calle entro
los sepulcros de los árboles
aún están abiertos.

El pueblo en el que vivo
tiene rejas por doquier,
ventanas, puertas y balcones,
pero las que son más duras que el acero
viven en los corazones.

En el pueblo donde vivo
he visto
a un rico envidiar
del pobre su libertad.

Vive el rico atado a su riqueza
y más quiere,
camina el pobre libre en su pobreza
y todo tiene.

En el pueblo que vivo
de amor ni hablo,
todo son olvidos;
una buena cuenta
es lo que más interesa
con gran sonrisa
delante de una buena careta.

Se instala la avaricia
donde medra la injusticia,
se cree el poderoso
que sólo sale el sol para él.
También sale para mí y para aquel.



Que se pase por el cementerio
y verá que allí
todos comparten el mismo lecho,
no existen ni ricos ni pobres
y menos los sin techo.

Aldeílla. Mi pueblo de toda la vida. 1998.







Latidos


Late mi corazón al desespero,
de todo quiere ser olvido.

Soy tan pequeño
que para mí
las estrellas son
un lejano sueño.

Del amor quiero lo sencillo.
Tengo el alma grande
en un corazón
de chiquillo.







Silencio


Se pasó la estación del amor.
Pocas primaveras quedan.
Ayer creí encontrar algo
que hoy se llama soledad.
Otra vez mañana
volver a empezar.







Memoria

Hay en mi memoria
una historia
de siempre empezar.
Nunca fui dueño
de mirada enamorada.
Sí compartí
besos y sueños
y aire limpio
donde descansan las nubes.
Ese es otro cantar.







Silencio


Bebí en silencio
en el ánfora
humedad de tu piel.
Me quedé con el néctar
que los dioses pusieron en ti.
Hoy recojo sueños y enseres.
Me quedo en silencio
y vuelvo a empezar.

Último amor. Se fue sola. 2003. Casi me manda al hospital.







Último poema de este libro

He andado un largo camino.
Miserias de toda índole he encontrado,
amores generosos por mi vida pasaron,
Algunos en brevedad vivieron.
amores que en el camino quedaron.
Las guerras no han terminado,
se acrecientan,
y el pueblo sigue al desamparo.
Los concursos de poesía tampoco se terminaron
y los poetas menos aún
es un gran acierto, afilar el verso,
Los políticos piensan,
que el estado es su cortijo ,y nosotros su lacayos.
¡Esto sí que es alegría de la buena!
Los jurados ¿que me decís de los jurados?
de esos literarios.
Que juegan con hambre e ilusiones.
Ando curtido yo de esta suerte,
sé que pase lo que pase seguiré escribiendo
a gusto de poca gente.
Soy fronterizo de ningún lugar,
no pongáis más rejas, ni aquí ni más allá.

Vosotros que sois jueces decidid con equidad
¿qué es un poeta bueno o un poeta malo?
Siempre con mis dudas ando.
Disciernan bien vuestras mercedes
que malos caminos hay,
los he andado, es mi suerte de caminante.
En estos versos para un jurado.
Hoy poetas anónimos que quieren acceder al parnaso

Lo dijo un sabio un día,
lo de verdad importante
no es escribir un poema
mejor pensar en poesía.

Ha pasado demasiado tiempo
y este mundo cada vez
es más avariento.
Sigo caminando y buscando
¿soy ajeno a los días? ¡Que más quisiera yo!
Ellos me siguen llevando.
El verso fue ayer al iniciarse la primavera, hoy es el poema.

Trece de abril de 2005









He jugado a la primitiva y no he pillado ni moscas.
Mi suerte esta echada, no jugare más, las arcas de hacienda
Engordan, mi bolsillo mengua. Cerca del dos mil cinco ando, es un buen año, todos los años son buenos

Fin de este poemario que se empezó en el verano del setenta y dos volando en un avión militar sobre el desierto del Sahara. Me secuestro la dictadura franquista, mis intentos de cruzar la frontera fuero inútiles me cogieron.
Han pasado tantas cosas que sería difícil enumerarlas pero en todos estos años nunca dejé de escribir, y de caminar porque ante todo soy un caminante. Relatos cuento poemas teatro y novelas. He almacenado un gran tesoro, unas diez novelas; tres terminadas,

También tengo once libros de poesía terminados. Este fue el segundo que empecé. El primero se perdió en una mudanza espero que alguien lo halla encontrado.
De cuentos y relatos tengo más de cien también terminados. Soy de los que de verdad disfrutan escribiendo a mano y en cuaderno con un lápiz, cuando la historia me seduce no paro hasta que se me agota el hilo por gordo que sea el ovillo. Tengo una novela de más de mil páginas y lo que de verdad me cuesta es pasarla a maquina, pues hace cinco años que estoy en ello siempre que dispongo de tiempo físico y mental. ¿Hay quién dé más? Sinceramente no lo sé ni me interesa. Voy almacenando retazos de mi existencia en estantería de una desvencijada biblioteca en la que se amontona libros y recuerdos por todos lados

También he reunido una colección de esculturas, una, mil más o menos que con gran esfuerzo he ido realizando a lo largo de treinta años, y varios miles de pinturas. También cálculo que unos trescientos pirograbados. Dejé de hacer esculturas y pirograbados. No tengo espacio material para tener la obra. Pinto alguna acuarela de vez en cuando porque es la forma más pura de pintar el paisaje, es como cazar sensaciones en el momento que nacen. A veces voy demasiado cansado. No tengo por qué quejarme puesto que este trabajo lo elegí yo, componer en libertad tiene un precio muy alto que se llama soledad.
Me he propuesto terminar todos los libros que tengo escritos en cuadernos a lápiz y en ello ando.

El autor. Salud y que les siente bien la poesía.

EL CAMINANTE

Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Andalucía
Expediente AL-00104-2007












Lo que más irrita a los tiranos es la imposibilidad de poner grilletes y rejas al pensamiento, pero en el futuro nada más nacer nos implantarán un chip en el cerebro. Será el principio del fin.




Ningún cañonazo ha conseguido abatir una idea.

ANONIMO







A los trabajadores del arte

Del norte al sur hay un camino
que va del frío al calor
donde la dura roca se rompe
a golpe de sol y viento.

La raíz del árbol busca su sustento
escrutando la tierra
que hará brotar en la rama sedienta
dejando semillas viajeras al viento
que en el otoño,
desde el mar hasta la alta sierra,
sembrará esperanza en la árida tierra.

La luz se pasea dueña y señora
del color y del paisaje.
Ojos que miran
encuentran melodías viajeras
que sin dueño caminan por valles y aldeas.

Cuando llegue el ocaso del tiempo
quedará en la memoria,
escrito en un papel,
pintado en un lienzo,
esculpido en una roca...

Sólo se es caminante
en un tiempo presente.
El pasado en la memoria,
el futuro de incierta historia,
con un equipaje a veces roto
y la creencia cierta de que el arte es un camino,
un camino a recorrer,
y que los autores estamos
locamente lúcidos
o lúcidamente locos.







LOS AMANTES

El primer beso de los amantes
abre puertas que estaban cerradas antes.
Ayer se escondían,
hoy navegan con las velas henchidas al viento.
Sobre las olas del mar el barco va,
los amantes ven la luz,
en sus almas anidan sueños.

Los amantes cantan, bailan,
ríen, lloran, viven sus mundos imaginarios,
el caos se vuelve unidad,
el grito en melodía,
la guerra en paz, el sueño en armonía.

Los besos de los amantes
rompen todas las fronteras establecidas antes.
Es eterna primavera
en el corazón, en el alma, en la piel...
la mirada encontrada,
la luz en un tiempo nace nueva.

Un ciclo que se cierra, la piel que no se quiebra,
el roce de una mirada,
un árbol en el corazón encendido ha florecido.
Son los amantes, ahora, aquí,
de ayer, de hoy y de siempre






LA CRUEL PRIMAVERA

El silencio rompió a gritar
cuando el amor se marchó
y llegó una cruel primavera
sin luz ni color.
Otra vez las tinieblas.
El cuerpo no perdona
el alma que traiciona.
Al borde del abismo me encuentro,
sopla un viento gélido y frío,
siento escarcha en mis huesos.
El alma se me oxida,
gritan los sentidos hasta el delirio.
Quiero mi libertad y poder volver a soñar,
disponer de mi mente, de mi cuerpo
y de ese minuto de tiempo
que es esencia de las cosas
allí donde vive el amor que nunca muere,
el silencio que nunca grita,
donde hay luz y color,
el alma no traiciona,
donde no existen abismos
y el viento lleva semillas fecundas
que horadan la tierra
y regadas por la lluvia
darán plantas nuevas.

No quiero más crueles primaveras.
Quiero lluvia, viento y sol,
agua que lleva el río
y que de mi alma salga el frío.







EL CAMINANTE

Paseo por el monte,
piso los campos de verde hierba,
voy a la orilla del mar.
Canta el viento, compañero y amigo,
viajero andariego.
No hay fronteras. Sólo un horizonte abierto.
Me quedaré dormido en el infinito
y en soledad curaré las heridas del alma mía
que de puro navegar perdió las velas
en un mar lleno de tempestades.
No se puede combatir la sinrazón.
Llevo un libro abierto que, página a página,
voy escribiendo de las pobrezas del espíritu,
de las riquezas del alma.
Puedo ver la luz en un mundo de tinieblas.
En un día claro hay en el horizonte
una línea muy fina que nunca se rompe,
mariposas en el prado, rosas rojas en mi jardín.
Es tiempo de volver a empezar.
Observo una abeja que trabaja,
hay una flor que la abraza.
Mañana será fruto y semilla,
hoy sólo es una sencilla flor.







EL CABO DE GATA

Yo, que soy un hombre enamorado,
entre el sueño y la razón,
la lucidez y la locura
paseo mi cuerpo desnudo
por los campos de sueños
que hay mas al sur
entre la dura roca
y la blanda arena
las olas y el viento
componen un poema
Piedras de fuego
tierra de mar
estío fecundo, lluvia
¡ay el cantar, soy lo que mis ojos ven







EL ALMENDRO

Generoso
anunciar la temprana primavera,
lanzar sus pétalos al viento
anunciando libertad.

En la alta sierra,
ramas desnudas
con intemperie de escarcha
ven la luz del amanecer
de un tiempo que llegará.







CAUSA

Se ve al jornalero
mendigando a sus nuevos amos
un salario de miedo.
Siento tanto asco,
me revientan las tripas,
sólo veo fango,
mezclado con el sudor,
se me pierde el llanto,
tener que trabajar tanto.
Este mundo es insolidario
y entre todos lo hemos permitido.







EL EGO

Más sabe la piedra por vieja que por piedra,
de tantas vueltas que ha dado
muchas veces ha sido polvo y otras,
piedra, ha vuelto a rodar.
Que en tan largo camino
de las piedras este destino
los hombres no tomamos conciencia
con nuestro corto y efímero andar.
Nos dejamos dominar,
perdemos la paciencia.







EL TIEMPO

El tiempo me atrapa cada día,
soy un juguete de su existencia,
qué efímera vida la mía,
ídolo de pies de barro.
Atado al egoísmo de mi existencia veo la vida pasar.
Hemos inventado los horarios,
¡qué ilusos,
es que pretendemos controlar el tiempo,
y él nos tiene en sus manos!.
Tan sólo somos un pequeño y efímero invento.








LOS CAMPOS DE TRIGO

Cuando las espigas se quiebren
al calor del estío
y las mieses toquen el cálido suelo
llegará el otoño y el invierno
con su humilde manto
lleno de color, gris y blanco,
y la acariciante lluvia
le dirá al perezoso grano dormido:
"Despierta y sal que es hora de vivir,
mira como el rocío y la suave brisa mañanera
están esperando para besarte, mecerte y acunarte
y alentar el germen que llevas en tu seno
del que nacerá la espiga
que el cálido viento primaveral
mecerá en las tardes estivales.
La amapola te dará un manto rojo
y el gorrión, compañeros de viaje,
te alegrarán con su canto lleno de esperanza y libertad".







LA IMAGINACIÓN

La imaginación insolente
camina despacio
pero es independiente,
de clara lucidez está siempre al día,
va cargada de fantasía
y no está carcomida
por ninguna estrecha cultura de pasillos y salones,
mandamases con altos tacones.

La imaginación insolente
es cosa de muy poca gente,
va dando la cara y mirando de frente
o "qué desidia dicen unos",
"que no llegue al poder" piensan otros.
"Huyamos que nos pilla",
se cabrean los reaccionarios,
chillan y patalean,
y dicen los más espabilaos
"pongamos rejas, no pasará".
¡Qué equivocados que están,
siempre habrá un hueco para poder pasar,
que la imaginación está despierta,
qué duda cabe,
aunque el pueblo siga dormido
hay que sacarlo de su somnolencia
para andar hacia adelante
y no tropezar en la misma piedra ni un instante.
La imaginación no necesita del poder,
ella es y puede, sabe, sigue y camina.







LIBERTAD SECUESTRADA

Siento el silencio llorar
reclamando con ansias la libertad
que lleva al inmenso mar.
La falacia de la mentira
por el sendero va,
se abrió entre los hombres,
¡qué mala voluntad!.
Dentro de un silencio infinito,
habrá moradas de paz
donde las personas seamos personas
y la palabra sea libertad.
(Probablemente,
el pensar no ocupa lugar.
La realidad es otra).







LA PUTA "PELA"

Qué enorme desolación
ver los presupuestos
que dedican los estados
a la compra de armamento.
Armados hasta los dientes ¿para qué?.
Puedo escribir lo que siento y veo,
¡qué cosa más grave que nos rodee la miseria
y las guerras no se acaben!.
Que no se explote más al pueblo
y, con él, su trabajo
que reporta beneficios
para comprar armas a destajo.
¡Qué horrible maleficio
ha caído sobre esta tierra
que desde que naces hasta que mueres
vives pendiente de la guerra!.
Más respeto a las personas de buena voluntad
que vivir es sagrado
y nadie tiene derecho
con las armas a quitarnos
lo que la naturaleza nos ha dado.
Romperemos todo,
y después ¿qué?.
No podremos ir a ningún lado.








EL HAMBRE

Se me va el agua por entre las manos
igual que a la noche se le va el silencio,
luz cuando llega el nuevo día.
Pueblos en agonía,
oscuridad con hambrunas perennes, guerras,
muere el pueblo luchando, ya no se levanta,
muere por egoísmo, armas,
como una historia macabra y cruel.
El campesino empuña un fusil,
con los fusiles no se labra la tierra
pero se gana la libertad o la muerte.
El indio y el negro americano no valen nada
y qué decir del negro africano
de dios blanco dominado,
que se callen grita, se mastica la palabra
y si no lo hacen se les aplasta
como a cucarachas malditas.
Hay senderos de gloria plagados de espinos,
dentro de la memoria
tenemos cada uno nuestro destino,
no olvidemos que nosotros con nuestros impuestos
también participamos con ellos
en tantos desatinos que organizan los que preconizan
perros atados con longaniza
y nos dan a ver la realidad
del revés una y otra vez.
A ver quien es el que primero tira la piedra
y no esconde la mano.







EL DUENDE

Un duende me dijo un día,
chiquito y juguetón,
que el arte y la fantasía
son patrimonio de la imaginación.
Dueño de la luz y el color
de noches de luna llena,
de viejos olivos, quejíos y lamentos de guitarra,
un duende me dijo un día
"amor que nunca muera será eterna su fantasía".
Entre montes y pedregales
los campos lloran a raudales
de ver lo solos que están.
Qué pocos labradores quedan detrás del surco,
les deslumbró la gran ciudad,
luz que ciega al ver el neón,
los campos tristes están al atardecer.
Un día volverá la alegría,
no hay comida sin campo,
no hay campo sin campesino.
Pan, aceite y vino
es lo justo para andar el camino.







PREPARANDO LA TIERRA PARA LA SIEMBRA

Una jornada de diez horas
trabajo con ilusión
preparando la tierra
para que reciba las semillas.
Es tiempo de siembra,
el otoño se presenta fresquito,
la tierra está jugosa
las recientes lluvias la han dejado
guapa y hermosa.
Hay un árbol que planté,
el año pasado fue,
azufaifo se llama,
tiene frutos tan lindos como avellanas.
Mañana será la siembra,
guisantes y lechugas
para un otoño e invierno laboriosos.
Largas noches se acercan,
lluvias asoman por el horizonte.
Troncos en la chimenea,
papel para escribir
y madera para esculpir.
Buscaré nuevas formas
que la madera encierra,
mientras que el cuerpo aguante
tengo que seguir adelante.
Las plantas crecen fuertes,
hay luz en el horizonte.
Una hoja verde,
una flor canta.







EL OTOÑO

En el azul turquesa del cielo,
con aires andariegos,
me mira, veo pasar una nube viajera
cargada de agua,
me llueve algún campo que espera.
Es otoño.
Lluvias en días pasados
dejaron los cielos limpios y claros.
Brotan las primeras semillas en la tierra.
Pasa otra nube viajera,
deja lluvia otra vez.
Los campos siempre esperan
el agua de las nubes,
eternas viajeras.







EL PODER DEL VIL METAL

La pobreza de espíritu
es la peor pobreza
que padecemos los humanos.
Preguntémosles a las personas.

Que no quepa duda,
es mentira que se predique
que todos somos hermanos,
que dado el caso
actuamos como jauría hambrienta
y como se ve,
entre nosotros nos matamos.

Anda la razón escondida
en un oscuro rincón
esperando tener salida
ante tanta desolación
que nos presta la vida.

Uno que soñaba con amar y ser amado
y cuando te das cuenta
en la cuneta te ves tirado
y tu amor con otro se ha largado.

De nada vale ser rico de espíritu
y pobre de dinero
si el amor ante la pobreza
es lo que salta primero.
Divinas palabras las del que dijo
"qué fuerza tiene el dinero",
compañero.







LA CIUDAD A LA UNA Y MEDIA
La ciudad no es para mí.
Lo sé, lo sé.
¿Qué es lo que hago aquí?, me pregunto.
Ruidos, asfalto, charcos, semáforos en alto.
Un solitario paso de peatones.
Me contempla una señal de tráfico, me hace un guiño.
Una puta hace la calle.
Se tiene que tener valor para ello.
Claro está, ella no es una puta rica.
He pisao un charco, empiezo a dar saltos,
a pisar más charcos.

Ando y escribo cosas de la ciudad,
que no es para mí pero estoy aquí.
Miro un edificio alto,
un fantasma en la noche,
y casi me la pego con un bordillo
y es que en la ciudad parezco un chiquillo.
Estoy muy cansado, me pesan los pies,
la cabeza, los brazos.

Me quedo mirando un árbol muy grande.
Me mira un gato pequeño,
pasa de mí tanto como yo de él.
Hay una palabra rota que el viento
alejó en silencio,
la depositó en lo hondo de un barranco
entre adelfas, lejos del asfalto,
donde el eco viajero no es sordo
y tiene buen canto
aprendió de los pájaros, de los árboles y del viento.
Pero yo estoy en la ciudad a la una y media.
Soy cemento, soy asfalto
y algunos cubatas que llevo en alto








CABO DE GATA

Los últimos días del estío
paseo por los campos del Cabo,
la hierba seca y transía está dorada.
Amenazan nubes en el horizonte,
el aire llega húmedo de agua,
la tierra sedienta mira al cielo,
por la noche sopla fuerte viento.
Las nubes tapan todo.

Empieza a llover. Sí, llueve y llueve,
toda la noche llueve.
Salen todas las ramblas,
los campos se empapan.
Quince días después vuelvo a pasear
por los mismos campos.
En otoño el día es frescor,
el paisaje ha cambiado,
las lluvias las semillas germinaron.
Hoy luce el campo un manto verde.

El aire está limpio.
Hay una gaviota parada en una roca.
Desde lo alto del acantilado
miro el horizonte.

Soy libre unos instantes.
Mi mente no me ha pedido nada.
Soy parte del paisaje.
Un hombre, una mochila,
unas botas para caminar
y un horizonte cercano,
limpio, azul turquesa.
Si pudiera lo guardaría en un puño.








UN ATARDECER AMIGO

La línea de demarcación
que existe entre la frontera,
la locura y la razón,
es tan fina como el hilo de una araña.

Fronteras en la mente,
rejas en las ventanas,
todos los días,
todas las horas,
todas las semanas.
Frontera por doquier,
aquí, allí, más allá.
En todos sitios.
Armas para defender las fronteras.
Alienación.
Soldados.
Fusiles, cohetes,
átomos desbocados.

Desidias, muchísimas desidias,
¿qué es eso de la paz?.
No lo conozco.
Otra frontera más.
En mi pueblo hay locos auténticos.
Son pacíficos.
Hay de aquellos otros locos
que detentan el poder,
que son bien votados y bien mirados.
Me voy a la orilla del mar
antes de que la rompan.
Siempre encontraré un atardecer amigo
que me alegre el camino
y borre todas las fronteras








EL PUEBLO

Hay un nido colgado en una rama,
mece el viento los pajarillos
que cantan por la mañana.
Sol del nuevo día que hace rodar el rocío,
amanecer, que mantienes
con tu luz y calor este planeta.
Yo vivo en él, soy de él,
soy universal como el viento.
No tengo patrón,
no lo quiero para nada.

Hay un nido colgado en un árbol,
mece el viento los pajarillos en una rama,
les canta una nana viajera
con aroma a romero y espliego,
a dura roca, encina y abeto,
a río, a lago y a aldea,
a pan nuevo por la mañana,
a humo por la chimenea.

El ambiente huele a pueblo
que se despereza
mientras la ciudad bosteza.
Voy camino de la huerta,
soy de un pueblo pequeño
en el sur,
que es como un sueño.




LOS DIPUTADOS

Escribir como terapia
para no volverse loco de atar
o acabar pillando moscas a diestro y siniestro
o hacer una vez más el lelo.
Cortarme el pelo y decir sí bwana
en este fin de milenio
donde las mentes se resquebrajan,
tienen grandes fisuras en el cerebro.
Nos hacen falta muchas costuras
donde la cretinez la tenemos como algo bueno
y lo bueno por malo,
donde chupamos televisión a golpe de decreto
que nos mete todo el fútbol que quieren por el careto,
donde este estado
en vez de defender los derechos de todos,
sí, nuestros derechos,
hace lo contrario, nos los pisotea cada vez más.
Esto no es por lo que yo he luchado tanto,
esto es una dictadocracia
propiciada por una pandilla
de mangantes llamados diputados.
Y la gran mayoría sodomizada y muda todos los días.
Ellos, lamentablemente para nosotros,
seguirán pidiendo nuestro voto.
¡Caca de la vaca
les daría cada día!.







EL TIEMPO

El tiempo pasa demasiado deprisa
y las cosas que son importantes
se me quedan sin hacer.
Es una putada y gorda
y encima el tiempo que dispongo
lo quemo.
Mi cerebro produce tremendos chasquidos.
Miles de obras almacenadas
en un rincón de la mente
y en una esquina de la vida
de vez en cuando alguna ve la luz.
Compone con estos días otoñales
en los que el campo
y los valles del sur
empiezan a
lucir una pequeña alfombra verde.
Mañana será despacio,
tendré sol y tiempo
pero quizás se me acabarán las fuerzas
y en el rincón de la memoria
que guardaba miles de obras
está vivo en su último olvido
el tiempo compañero y amigo,
permanente.







UNA JORNADA

Seis de la mañana.
Canta el gallo.
El gato llama en la ventana.
Al rato empieza a amanecer.
Otra jornada más.
Empiezo poniendo orden en mi cabeza.
Un zumo de naranja y limón
y el cuerpo ligero como un reloj.
Tengo una erección matutina.
Me acuesto y levanto solo
y me acuerdo de la sonrisa
y todo lo que lleva encima mi vecina,
con andar ligero cruza la calle,
el pelo recogio es por el calor del estío,
pantalón corto,
luce pierna,
elegante y fina.
Tengo una vecina
que me dedica una sonrisa
cuando cruza por la esquina.
Ocho de la tarde.
Terminó la jornada.
Muy cansado, sucio y cabreado.
Como de costumbre
el gato sale a mi encuentro.
Siempre me hace un buen recibimiento.
Nueve de la tarde.








LOS AMANTES

Los amantes
soñaron con alcanzar
el cielo en un instante,
dejar escrito en la memoria
de cada uno
su propia historia.
Comieron y bebieron en la fuente del placer.
Los amantes tristes como una noria abandonada
que ni da vueltas ni saca agua ni nada.

Lloran su propia ausencia,
les rompió el destino
jugándoles una mala pasada,
poniéndolos en el mismo camino.
Hoy se lamen las heridas
que mañana cicatrices serán.
Quedan las puertas abiertas
para poder empezar a soñar otra vez.

Triste destino
de encuentros y desencuentros
de los amantes
a lo largo del camino.
Quiero andar despacio,
tirar el egoísmo,
si es que puedo empezar otra vez de cero.
Poco me importa que me caiga
otro chaparrón o un aguacero.
Pedradas llevo en el alma
causadas por desafueros.
Conservo liviano el espíritu
e intento tener un poco de calma.





SIERRA DE GÁDOR

Me voy a lo más alto de la montaña,
quiero oír una vez más el sonido del viento.
La encina centenaria
me cobija del sol,
que fuerte y poderoso
derrama luz y calor.

Una leve brisa mueve las ramas de la encina.
Los gorriones cantan.
Miro el inmenso valle desde mi altura,
todo es un mar de plástico.
La desidia humana
y el capitalismo feroz
explotan tierra y vidas.
El monstruo tiene que deglutirlo todo,
poco importa que respiremos mierda,
comemos mierda
y pensamos como una mierda.

Hoy el mar estaba tan quieto
que parece que dormía
tapado con una alfombra turquesa.
Tengo un cielo limpio
y un vientecillo viajero
que mueve el ala de mi sombrero.
También ando con una mochila
llena de sueños,
un lápiz para escribir cuentos
y unas botas de caminante
bajo un cielo limpio
como los de antes.







A LA ESCULTURA

Veo mi obra llorar
la ausencia de un espectador
que la pueda ver y tocar.
En un almacén de mi casa
duermen el sueño de los justos
más de doscientas obras.
Placer, alegría, sudor, trabajo,
rabia, dolor, sueños que se han ido,
memorias de olvidos,
amores que se perdieron.
Soledad.
La cruda realidad, materia olvidada,
desidia de la administración
que espera a que te mueras
y seas famoso.
Quizás me regalen un jamón.
Y las obras que no he hecho
se cuentan por miles,
bocetos en carpetas,
en la mente, en el aire.
Mis manos doloridas, duras, curtidas.
El hierro se forja en el fuego,
la mente le da forma.
A veces me veo anclado en el vacío.
Camino y camino,
pienso y digo,
es duro el oficio que he elegido








CAMPO

Es un hortelano que en otoño
siembra temprano.
Las primeras lluvias caídas
en la tierra cierran todas las heridas.
Ella lo agradece.
Es lluvia de septiembre
para que con ella el hortelano
su mano temple
y coja los aperos de labranza,
cave, eche la semilla,
el guisante, la lechuga, la cebolla,
la patata, la acelga y la espinaca.
Hay que tener mucho cuidado
con los gorriones,
andan en bandadas los muy mamones,
les echo el gato
y no pisan la tierra
a riesgo de quedarse sin plumas
para un largo rato.
El hortelano sembró temprano,
espera que la tierra sea generosa
y le tienda una mano.







A LOS AUTOS

El caminante no camina
en tiempos de prisas y desarraigo,
se mete en un habitáculo
y vuela o rueda
una cinta inmensa de asfalto.
Todos corren que corren
y algunos salen dando saltos
por llanos, terraplenes y barrancos.
Los cadáveres pueblan la carretera,
de animales y de humanos,
tremendo el precio que pagamos,
lo tenemos tan asumido
que no nos molesta
la velocidad ni el ruido.
Alma de metal
con cuatro ruedas y un volante.
Te crees que eres el rey
y te has equivocado, pequeño.
La vida, con prisa o sin ella,
es un sueño
trágico, cómico o lírico.
Nosotros los currantes
apretamos los dientes y tiramos pá lante
aunque, como sigamos así,
poco a poco tendremos menos luz
que la torcía de un candil
y que los que medran en el poder
que mienten, mienten, mienten.
¿Qué hacemos nosotros
que se lo permitimos?.







EL ESCRIBIR

Un folio en blanco y un lápiz para escribir
es un pensamiento presto para volar,
es una mujer desnuda
dispuesta para amar,
es una locura que con letras quiere curar,
es el amante solitario envuelto
en sueño de tinta y papel,
es la larga senda
por la que tenemos que caminar,
es la memoria escrita
de un tiempo que se ha vivido
y otro que se vivirá,
es ver partir el verano
y contemplar el otoño crecer,
es dos cuerpos desnudos
que se contemplan al amanecer,
es llenar tu soledad, gastar tu tiempo,
inventar historias y contárselas al viento.







LA PRISA

En
este
mundo
de prisas
quiero pararme,
sentarme un momento
en lo alto de una piedra
y ver pasar el tiempo.







VIEJO ÁRBOL

Paseando por la arena de la playa
encontré a un árbol caído.
Ocultaba formas que vivían en la sombra,
se escondía viajando entre las olas.

Como solitario marinero a golpe de sol y viento
llegaste a mi encuentro.
Te paraste en una playa tranquila
a descansar, navegante,
te quedaste varado en tierra,
te convertiste en caminante
de valles, pueblos y aldeas.
Te inventaste un sueño,
lo presentaste en sociedad.
Te dijeron
"vuelva usted mañana que hoy no es tiempo de soñar".







CAMINAR

Hay un lugar al que se llega
cuando se ha andado un largo y angosto camino.
No hay oropeles, no hay aplausos, no hay nadie.
Sólo la reconfortante alegría de haber llegado
y haber superado las pruebas
que a lo largo del camino te has encontrado.
Con el cuerpo maltrecho, lleno de cansancio,
una mirada serena en un horizonte tranquilo.
Contemplar el árbol que ayer plantaste
es sombra de hoy, fruta para mañana,
alegría para todos los días.






MI VECINA DE OCHENTA AÑOS

Qué importa la edad
si con ochenta años dices
"Llegará el próximo otoño
el veintiuno de septiembre.
Ha llovido temprano este verano
y en la alta sierra ha nevado.
Veinticinco centímetros de nieve
dicen que ha caído.
Habrá buena sementera.
Los días serán cortos,
las noches demasiado largas.
En soledad y ante el televisor
me veré una vez más.
Así será mi otoño y mi invierno".







EL AROMA

Yo he sentido el aroma
de una piel suave,
de una mirada enamorada,
de unos besos que no huyen,
de unos brazos que acarician,
de unos cuerpos que se abrazan,
de un tiempo que no se pierde,
de un mar en calma,
de un atardecer en el alma,
de un silencio que te escucha.
De unas manos que abrazan el viento,
de una colina en su tiempo,
de unos amantes sedientos,
de un atardecer encendido,
de un amor que no se ha ido,
de un paseo por la arena,
de una playa tranquila,
del vuelo de una gaviota,
de los sueños que en el aire flotan,
de la última rosa del verano,
de las primeras lluvias de otoño,
del beso que no se pierde,
de dos que se encuentran,
de las formas que el alma se alimenta,
de las últimas rosas de la primavera
De los nísperos en flor,
del primer beso de amor,
de la semilla que brota,
de la puerta abierta,
del amigo que llega,
del sueño que se queda.







EL CANSANCIO

A un paso de la ira
el caminante andaba
descalzo entre arenales.
Las adelfas eran dueñas del paisaje.
Flores del verano,
alimento de sueños perdidos.
A la sombra del estío
la chicharra esparce
su efímero canto.

A un paso del destino
el caminante puso
en sus cansados pies
alpargatas roídas otra vez.
"Que alivio", dijo.
La higuera le dio alimento y cobijo.
Larga es la senda
que lleva a caminos inciertos
donde los sueños se rompen,
la mente se quiebra
y vuelves a empezar de cero,
como antes,
como ahora,
como siempre.








SOLO

Tengo el alma herida
de tanto andar por la vida.
Será la mala conciencia del destino
el sufrir tantos desatinos.

Yo me aderezo un buen almuerzo
con jamón, pan y vino
a la sombra de un cerezo
para poder seguir en el camino.
No he tenido parabienes ni terrenales ni divinos,
conservo la memoria intacta
por si alguna vez entendernos no supimos.
He luchado en el pasado,
muchas cicatrices, tres costillas rotas en un lado
y casi cojo me he quedado.
Corren malos tiempos para la lírica,
para el trabajador
y para el libre pensador.

Cae un sol de justicia.
Hace calor con avaricia.
Del que trabaja en el campo
nada se desperdicia.
Tengo el alma herida,
la piel y las manos encallecidas
pero conservo en mi memoria
lo que fue y es mi historia.








FRUTA MADURA

Hoy he visto la belleza
en una sonrisa,
es un sueño que empieza.
El tiempo disonante te enseña
el alma en un instante.
Después se esconde
aunque no se puede ocultar
y el sueño vuelve a empezar.
Como fruta madura la sonrisa habla,
los ojos miran, el alma fluye,
los malos espíritus se esconden
o huyen
y yo me quedo adormilado
de ver la belleza a mi lado
en un mundo tan desquiciado.
Me tengo que aguantar
y oculto mi alma de poeta
detrás de una careta.
La belleza de una sonrisa
que ilumina sin prisa.
Ella camina.







EL SUEÑO DEL AUTOR

El autor tuvo la gloria
de soñar su propia obra
y dejarla escrita en su memoria,
en un mundo petulante
de trepas y marketing rampante,
lleno de buitres graznantes,
donde la noticia se disloca
con el manipulador que la toca.
Si en su mercado quieres entrar
tu mente tendrás que parar,
castrado quedarás y la obra venderás.
El autor soñó su propia obra,
que dejó en su memoria
hecha de caminos con olor a cedro y a vino.
Por compañera una mochila,
el sol y el viento por equipaje.
Un techo lleno de estrellas,
las más bellas,
un atardecer encendido
de colores encaramados
a un cielo protector:
El autor tuvo la gloria
de soñar su propia obra.







LOS INTERMEDIARIOS

El intermediario
es cruel y lapidario,
vestido de clérigo, político o militar,
al mundo y a las almas pretenden salvar.
Está en todos sitios
y no es un infiltrado,
es persona de estar bien aposentado.
Cuando almorzamos o cenamos
en el telediario nos lo encontramos,
nos lanza sus proclamas
muy bien disfrazadas
ante unas masas cretinizadas.
A golpes de televisión
nos van a dar de comer
de los jamones los huesos
y de los pollos los pellejos
nos creeremos que son
de jabugo y de los buenos.
Y duros panes por faisanes
el intermediario,
con labia fina,
te lanza un decreto, o varios,
para decirte
que es necesario
rebajar los salarios.







VECINO DEL VIENTO

Un día fui vecino del viento
sentado en una loma.
Cantaba una cigarra
mirando los árboles que aún quedaban.
Eran dueños del paisaje
una roca, una lagartija, un escarabajo
y un caracol debajo.
Hoy soy vecino de la prisa y del asfalto.
Ojos que no ven oídos que no escuchan.
Corazones callados
pretende pisotear la memoria,
crear olvidos,
pero los sueños aún no se han perdido.
Por eso aún escribo
una línea en un papel.
Siempre recordaré
que aquí estuvo aquél,
que fue vecino del viento
en un lugar que fue campo.








EL PODER

La verdad
se pudre entre las sombras,
la mentira
medra como la hiedra,
al tiempo
le salen telarañas,
crecen cipreses sin hojas.
La luz se vuelve opaca,
medra entre tinieblas,
busca una rendija a la que asirse.
La sinrazón
impone un tiempo de silencios
en la oscuridad más absoluta.
Las mordazas aprietan
con máscaras de sonrisas macabras,
en esqueletos blanquecinos.
El fin justifica los medios
y el poder impone su ley.







EL ESCRIBIR

El que escribe cada día
temas literarios de lo cotidiano,
o tal vez poesía,
o en un diario,
tiene que ejercer la denuncia
de tanta tropelía
que desde el poder
sufrimos los humanos.
Existe la duda
¿quien nos da el plato cotidiano?
también está el lameculos
que lo que escribe son bulos,
vive pegado al pesebre
como se pega al oro el orfebre.
Está el escritor marginal
en lo político y en lo social,
sólo tiene su voz y su palabra,
papel y pluma, mas nunca ladra,
lo que dice es certero,
más demoledor que un aguacero.
La verdad en unas líneas cabe,
la mentira ocupa páginas enteras.
Es el que escribe para el amo,
le lame los pies y pone la mano,
vuelve la verdad al revés
aún sabiendo lo que es:
Es un servidor del poder.
Corren malos tiempos
para el que utiliza pluma y papel
y más para el que dice
que esta sociedad está basada
en una gigantesca mentira.








EL PESEBRE

Me pongo a escribir una historia,
es de mi tiempo,
de este tiempo de zozobra.
Poco importa si es larga o corta.
Llevo miles de heridas
de las hostias que me he dado
a lo largo de mi vida.
Esto de la literatura,
lo escribo con mano encallecida y dura.
Hay que ser poeta con sentido literario,
dejar lo social a un lado
que esta vida es un calvario,
seguir la moda y hacerlo a gusto del jurado.
"A la mierda", digo.
Escribo como vivo.
Hay millones en juego y prestigio de poeta.
¡Me cago en todo,
que por defender la palabra
he estado en una cárcel macabra!.
El poeta, a la letra da lustre fino,
y pasa la bayeta,
alegra al jurado para llevarse las pesetas,
que falta le hacen,
lleva mucho tiempo tirado en la cuneta.
Los que a concursos versos mandamos,
por el capital organizados,
"ya tenemos a los poetas domados".
Sacaré mis sueños adelante
y al capital mandaré,
con sus acólitos incluidos,
a picar piedras con un marro
y que no hagan mucho ruido.
Borraré a los bancos del mapa,
árboles sembraré.
Pero tranquilos,
que nada de eso sucederá.
Sigan sus ilustres prebostes en sus poltronas.
Es duro reconocerlo pero el que tiene dinero manda.
Lo tomas o lo dejas.
Es mejor vivir en la orilla,
solo o medio tirao que estar vendido o comprado.
Mandemos miles de versos,
alegremos al jurado,
llenemos el pesebre,
y alguno puede que sea laureado.
No sabemos si será el mejor
pero seguro que del gusto del jurado.
El precio de la libertad se llama soledad.










Después de la verdad nada hay tan bello como la ficción.

ANTONIO MACHADO

CAMPOS DE PIEDRA Y LUNA

Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Andalucía
Expediente AL-00104-2007












FRAGIL EXISTENCIA

Escribo en piedra.
La vida es frágil
en mi leve existencia.
Los sueños se me quiebran.

Con infinita paciencia
pego los trozos rotos
unos tras otros.

Me he dejado la piel
en la dura roca
que vibrar me hace.

Con una voluntad inquebrantable
me defiendo de invisibles
guadañas y sables.

Me encuentro cada día
ante un sol que nace.
Adoro mar y cielo
como la mejor melodía.

No olvido. Guardo en la memoria
y recojo para mi vida
un poco de armonía.

He encontrado en la dura roca
sin buscar en sus oquedades
parte de mis sueños rotos.
Es mi tiempo
en todas sus edades.

Caminé por veredas y sendas
con sol, lluvia y viento.
En ellas hallé
el alma pura de la filosofía,
del amor, de la ciencia
y también de la poesía.

Es la dura piedra mi morada.
En ella descansará mi cuerpo
y mi alma la piedra habita.
A cambio no pido nada.

Primer poema de campos de piedra y luna 1.980









Verso y libertad

En una trampa sin nombre,
donde osamentas errantes
perdieron su existencia,
la poesía,
que es eterna,
en un cercado de espinos,
lentamente,
se va abriendo camino.

Las guerras nos roban casi todo.
Queda el cincel, la piedra, la letra
y la palabra.
Letra para el verso;
palabra, para gritar batalla;
cincel, para esculpir
amor y libertad.








Notas en el cielo


Piso mi huerto. Tierra
siembro. Rosas rojas
crecerán en primavera.
Regreso a un sueño,
es un campo de olivos.
El cantor toca
con sus notas el cielo.
El escultor labora
en la materia un espacio
sin tiempo y encuentra
su horizonte cercano.
El pintor pinta el amor
con luz de ola
en un arco iris sentado.

El sonido del viento
me trae besos robados.








El cabo de gata

Yo, que soy un hombre enamorado,
entre el sueño y la razón,
la lucidez y la locura,
paseo mi cuerpo desnudo
por los campos de sueños
que hay más al sur
y, entre la dura roca
y la blanda arena,
las olas y el viento,
compone un poema.

Piedras de fuego,
tierra de mar,
estío fecundo, lluvia...
¡Ay, el cantar,
soy lo que mis ojos ven!







Duerme el tiempo

Soy aire, sol y viento,
sudor y salitre,
manos encallecidas.

¡Dura piedra
que tienes el alma leve.
Esperas dormida en el tiempo
que unas manos
encallecidas
saquen tus formas al viento.
Para que ojos que nunca vieron,
manos que nunca tocaron
y sentidos que nunca sintieron
vean, acaricien y sueñen!







Piedra y agua

Los años pasados tienen
un largo silencio que entretiene.

A la sombra de una roca,
cava y quiebra el agua la piedra,
sueño pétreo convertido en arena
por el fluir del cantar.

Agua en el mar soy, ojos que miran,
manos que cogen un tiempo que llega.
Arranco puertas y ventanas,
soy cuerpo y mente que recibe.

Hay aromas y aire nuevo en el campo,
en la arena y en la raíz del árbol,
que escarban la tierra.







Un tiempo siempre fecundo

Una osamenta grita.
Una piedra le responde:
“Silencio, silencio”.

Un viento lleva
melodía de atardecer encendido.

La piedra es
materia forjada al fuego.

Yo soy después de un andar fugaz.
Vivo en una intemperie transparente
instalado en un presente que se escapa
del pensar más allá.

En la materia queda la memoria
de manos que labraron
un tiempo siempre fecundo.









Senderos

Soy caminante de este tiempo
y de otro que llegará.
En senderos andados
no hay olvido.
Quedan sueños de una noche,
amores de un día,
árboles ausentes,
paisajes inciertos.

En una piedra encontrada escribo:
“Vi un día a la orilla del mar
un sueño sin dueño”
Ver y creer.

¡Qué alegría la mía
y la de aquella ola
que navega sola!.

Una flor en la arena.
Un caminante llega.
Es libre la ola,
es libre la flor,
es libre el sueño.








La tierra que cada día pisamos


¡Madre,
la guerra no la queremos!
El futuro es incierto,
carne de cañón somos cada día.
Nos iremos a la orilla del mar
y seremos pequeñitos siempre;
jugaremos con la arena,
el agua,
la ola,
la espuma,
la caracola.
El aire que va y viene
nos llevará de paseo con las gaviotas
y nos traerá aromas
de nuevas primaveras.
Miraremos una loma por donde el sol se asoma.
Tendremos por compañeros
en la noche a los grillos
y en la mañana a los luceros...
¡Pero de verdad, madre,
que a la guerra no iremos!.








Navegar

Quiero ser
como aquel
monte lejano
que siempre
tiene un
horizonte a mano.

Realiza sus
sueños al viento.
Navega y navega,
siempre tiene un lugar
al que llega.







Corazones solitarios

Para calmar
un solitario corazón
escarbaré con mis manos
la tierra.
Plantaré semillas nuevas.
Labraré nuevos caminos
sin fronteras,
y la luz del sur
será siempre fecunda,
para iluminar
corazones solitarios.








Un mar amigo

Al atardecer,
en un mar amigo,
he sentido el canto alegre
de olas y viento
en un rumor cercano
que se me queda en la memoria.

Una suave brisa
que me acaricia
sobre la arena
adormece mis sentidos
mientras en el horizonte
la luz se aleja
y en quietud todo queda.







Escultura en piedra

En la dura roca,
la existencia
se hace forma;


es vida bien esculpida
y sobran las palabras.

En las formas la existencia
encuentra
el hueco escondido.
Que yacía en la milenaria roca.

Mucho antes que yo
viera la luz de mis días,
Naciste esculpida a fuego
un día tranquilo nos encontremos,
en una playa yacías olvidada.


Mar, olas y viento.
te dejaron desnuda
mostrando el alma
de las cosas hermosas.

Materia maleable
estructura permeable.
En nuestro encuentro
dejemos de ser ausente,
hoy somos amigos del viento.







Cerca del mar

Con mis manos
araño la materia
y a la dura roca
arranco un poema.

Con las formas
que alimentan el alma
esculpo en el viento.
Y en la tierra
un discurso pétreo
para que perdure
en este tiempo
que llega fecundo,
como sueños inventados
donde el árbol nuevo crece.







Formas en el viento

La textura camina sola,
junto al mar enseña formas
que acarician viento, y olas.

He traspasado un tiempo
que se queda.
Mirad con ojos
que nunca mirasteis.
Tocad con manos
que nunca tocasteis
y acariciareis
y entenderéis
el alma de la escultura.







Luz del sur

He cobijado libertad.
Una vez más camino
en la luz del sur.

Encuentro
árbol, sombra y pájaro
que me canta
donde siempre hay un cobijo
para caminantes.







Pueblo blanco

En un pueblo blanco
hoy he visto
mecer el viento barcos
y en olas,
casitas de cal.

Palmeras de viento,
manos curtidas en red,
miran horizontes, libertad.
No tiene el mar fronteras
para el pescador
que es dueño de su sueño.







Desde tierra

En un tiempo que se va
sentado en la orilla del mar.

Desde tierra
trato de coger
lo que del tiempo queda.
En un rumor de olas,
en olor a salitre,
en el vuelo de una gaviota
y en la ola
con su canto viajero.







Levedad en que vivo

Vivo a destiempo
en un campo abierto
con jardines de piedra
donde se forjan los sueños.
Las profundidades derramaron
la piedra en milenarias intemperies
que hoy con mis manos toco.

Yo fui después
en esta levedad que vivo.
Acaricio las formas
que junto al mar nacieron.







Arrecife de las sirenas

Donde la roca siempre reina
con mis manos cojo
lo que de mi locura queda.
Trazo caminos nuevos
para caminantes sedientos
de libertad.

Andar, siempre andar,
por duro que sea el camino.
Seguir,
ahora,
mañana y siempre.
Si te paras, serás olvido
y el olvido es la nada.
Ni siquiera tú mismo
te reconocerás
en tu perdida sombra,
pero donde la piedra
tiene su propia forma allí estaré.







El presente

Trabajo la piedra
para coger el presente
que se me va.
Soy pequeño ante su grandeza
y después son sus formas
las que me habitan.
Hablan en silencio
y queda amor, visual y táctil,







Pétrea melodía

Del tiempo fecundo
en la piedra nacen las formas,
en silencio despiertan y gritan.
Miro mis manos,
hago memoria
a la sombra de una roca
y vuelvo a laborar,
golpeo la piedra
para imaginarte pétrea melodía
que en soledad andas.
Hago liviano lo sólido.
¡Si pudiera esculpiria en el aire
ingrávidas formas
que como nubes viajeras
van llenas de vida!







La escultura

Una roca
es como
un folio
en blanco,
en la que
a golpes
de cincel
escribes
un poema.
La mano que golpea
La mano que escribe
Los versos que nacen
Las formas que viven.







Dama solitaria

Sombra en la noche,
proyección pétrea,
de una escultura
dura piedra.
Solitaria dama.
Luna llena de septiembre.
Silencios que hablan .

Se abren todas las puertas
y la luz, en duendes,
sale a pasear.







Amanece

Hoy he visto el amanece
el mar, la mar
fuerte y poderosa
arrancar dura roca.
Soy solidario
con viento y olas
que pulen y quiebran la piedra
creando nuevas formas.
Sé que la mar no sabe de fronteras,
golpea como el mejor cincel,
abre caminos,
caminos sobre la mar.

He encontrado levedad
en la pesada materia
y amo la roca
formada a fuego.

Es la sustancia
de las cosas,
es el secreto
de las ocultas formas.







Paseando

Azul de cielo y mar
cogidos de la mano van
en espuma caminan
Las olas aplauden
el amor que acaba de empezar,
en la orilla
se esculpen formas
que perduran.
El viento viajero lleva flauta
inseparable de las olas.
Melodías hay en el aire
Escucho y miro.
Entre cielo y mar me encuentro.
Todo espero.








Vivir

Anda la razón escondida
en un oscuro rincón
esperando tener salida
entre tanta desolación
que respiramos
en esta vida.
No se de otro lugar
que no sea este planeta
que habito,
donde se pueda amar
y soñar








El mar duerme

Hoy el mar
está tan quieto
que parece dormir
tapado
con una alfombra turquesa
que al compás
de las olas se mece.

Al despertar le dije:
“Déjame ser marinero,
quiero navegar
entre estrellas,
horizonte,
mar y cielo”







Navego

De tanto andar
se me desdibujaron
las fronteras.
No existen.
A un horizonte amigo llego,
me abraza
Y en él, la dura roca me atrapa.
En lo telúrico navego
y como un enamorado sediento,
escultura a ti siempre vuelvo,
tú que en espacio
y en piedra escribes.








Agua y luz

Llueve. Y llueve.
Empieza el otoño.
Me acurruco al socaire de una loma
y veo que a mirar
dos arco iris se asoman.
Se nutre la tierra.
El aire lleva colores de atardecer.
El agua se hace luz.
Vuelan gaviotas.
Un arco iris camina despacio,
entre el cielo y la tierra
construye etéreos puentes de luz.
Llueve sobre el Cabo.
Todo está tranquilo.
El mar se mece sereno.
Mañana los campos
lucirán espigas.








Llegan otros días

Van llegando los días,
unos tras otros.
Persigo quimeras
que se me escapan.
En un rumor de mar cercano
cojo del tiempo lo que queda
y, una vez más,
me echo a navegar
en este mar sin frontera.
Encuentro un techo sin límites
y hacia él voy.
Siempre me acompaña
el volar de las gaviotas.







Tarde callada

Hoy habito en silencio
la serena tarde callada
y veo cómo todo pasa
en los días impasibles,
silenciosos, tranquilos,
fuertes, terribles, agotadores.
El aire hierve, las plantas mueren;
He rendido mis cuentas del pasado.

Cuando empiezo a escribir
en páginas nuevas,
cultivo rosas que florecen entre jazmines
.

En soledad ando,
en el Cabo,
esta serena tarde callada.
¡Silencio, silencio,
olas, montes, playas y brisas hablan!







ROCA

Mar y roca,
eternos amantes,
hechos de intemperies y brisas.

Yo nací después
y fue mucha mi tardanza ante ti
porque sé que no hay amor
sin lágrimas ni risas,
dama sentada
Soy de una actitud
que permanece.
Bullen en mí
formas en libertad.

En esta tierra hay
poca paz y mucha guerra
¡Recordad siempre,
los que tenéis poder y armas,
que sólo tenemos una morada!
Es la tierra Y Tiene la última palabra
por muchas puertas y ventanas
que cerréis
el tiempo se nos va de las manos
y con Ello la paz, si la paz







Recuerdos

Describir las piedras del Cabo
con palabras, su armonía,
es como pedir al cielo,
cuando amanece,
que me deje
su mejor melodía.

Trabajo en silencio.
Algo recojo.
Al andar,
con retazos de mi existencia,
compongo.

Ando descalzo por la arena.
Amanece y, ante mí,
un sol amigo
de nuevo me hace luz.








Lo pequeño

Soy silencio que mira
oídos que escuchan,
palabras en el viento,
manos que acarician,
rumores de olas en la armonía
de una temprana primavera.

De las cosas sencillas
tomo lo pequeño
y amo todos los instantes
que en mis manos tengo.

Llegan las olas a mis pies.
Quema inquebrantable el sol.
Quiero ser ola y viento y navegar,
con mis manos
moldear la materia
como acto de ofrenda
a este trozo de tierra que me cobija.
Mañana seré polvo
en una nada
que siempre me espera.
Pasaran por siempre
La eternidad de los días.








Intemperie

Estoy derrotado.
Otra vez a empezar.
Cultivo derrotas
que viven a destiempo
en un jardín
dentro del desierto.

Las dudas quedan
en la materia.
Y las heridas
en el alma
como grito
de esta
intemperie
que me toca vivir
ayer, hoy y siempre.







Junto al mar

Si llegas, caminante,
al Cabo
párate junto al mar
y mira.
Encontrarás un lugar
entre cielo y tierra,
en agua viento y azul de amanecer,
serás.
En un otoño temprano,
un campo de verde aroma,
lavanda, tomillo y romero,
palmeras y gaviotas,
tendrás por compañeros.








Intemperie

Estoy derrotado.
Otra vez a empezar.
Cultivo derrotas
que viven a destiempo
en un jardín
dentro del desierto.

Las dudas quedan
en la materia.
Y las heridas
en el alma
como grito
de esta
intemperie
que me toca vivir
ayer, hoy y siempre.







En la distancia

El mar está
en la distancia que hay en mi memoria
y el tiempo que cabe en sesenta días.
A ti voy con recuerdos de libertad,
tierra, agua, sol y brisa
que siempre me acaricia.
Tienes un azul turquesa que enamora
y regalas generoso a cualquier viajero
ese aire de gaviotas
y olas que como lágrimas besan la arena.

Yo doy mis huellas de caminante solitario;
las dejo en cualquier sendero,
pero, ante todo, aunque no te vea,
en la distancia te siento.
Y cuando de nuevo ante ti me encuentro,
me desnudo de todo
y me sumerjo en tu cantar
lleno de aromas con sabor a mar.








El niño

Hoy he desnudado
mi alma
de chiquillo
que se distrae
en un cuerpo
de adulto.
Jugando a escribir
Encontré unos versos
Les puse alas y a volar.







El arquitecto de las esferas

Mira el tiempo su obra
que en una solitaria playa se yergue.
Monolitos, columnas, esferas,
que agua, viento y olas
esculpieron pacientemente.
Campos de fantasía
que se elevan
y como dioses
desafían a todos los elementos.







Campos de piedra y luna

Ando por campos
de piedra y luna,
un árido paisaje
que descubre un tiempo
guardado en la memoria.
Mis pasos dejan
efímeras huellas
escritas en la arena
que me dan cobijo
porque siempre me llevan
a una brisa
y un horizonte amigo.







Semillas

Empecemos
por coger semillas
nuevas
y plantarlas
como humilde acto
para honrar
esta tierra de cada día.
pisamos







Sin fronteras

Espero del mar
que sea un sendero
sin fronteras
y en su orilla
coger la cosecha
que el viento del sur deja.








Soy camino

Sin límites,
entre cielo y horizonte,
la roca,
guardián perenne, me enseña
sus escondidas formas.
Abro los ojos,
guardo silencio y miro.
Recojo del mar
su cosecha.
En la dura roca escribo.
Soy camino
y pies para andar
igual que las olas en el mar








Los navegantes

Desde todos los tiempos
Te surcan
Frágiles embarcaciones de madera
Dejando sus culturas
En playas y riveras
La mar indomable y amable
Madre de todos
Modela como el mejor cincel
Arte y vida
Los navegantes seguirán
Por siempre navegando
Con sol luna y estrellas
Y la imaginación como timón.






Este poemario se ha tardado en escribir veinte años que es el tiempo que he empleado en hacer las escultura a las que pertenecen los poemas, la mayoría de ellas en piedra volcánica del Cabo de Gata. También en viejos maderos de antiguas naves, que surcaron el Mare Nostrun. Y han sido sacados por las olas a la orilla del mar.

El autor, 1999