Expediente AL-00104-2007

Este poemario va junto a los cuadros de gran formato realizados en materiales encontrado con fondo de chapa. Que van de la A a la Z
Y son un homenaje a Miguel de Cervantes cada cuadro representa a una letra del abecedario, y le acompaña un poema que empieza por esa misma letra.
Amor
Amor que embriagas ,
como dulce veneno,
del sueño naces,
vives en la piel y en la mirada,
a veces me asciendes a los cielos,
y no sé si vuelo.
Creo que soy un dios,
cuando en tu abrazo nace un beso,
el de las letras.
En mi locura de amante componiendo ando,
a la flor que nace como amor primero,
en el nuevo día que amanece.
A la luna unos versos doy,
tiene un son en notas de versos gastados
que enamoran.
Sé que la primavera del alma
en fragilidad anda,
se rompe.
La fragancia del amor es etérea,
el beso siempre queda,
espera.
Intento desnudarme como los árboles en otoño
para pasar el invierno,
me vestiré con alegría para los venideros tiempos,
para llenar el alma mía,
no lo consigo.
Me quedo en soledad,
es camino sin fronteras,
es tener alas para volar.
Después de todo estoy aquí
Que te puedo decir
si toda mi vida conmigo vas amor.
Es este poema que te escribo,
con trozos de mi existencia
he ido escribiendo.
Después de todo estoy aquí,
soy vecino de mi barrio,
de las letras, y del viento.
Un poema de amor
es el mejor regalo
para un corazón
sediento.
Búsqueda
Busco sensaciones
en la brisa que me acaricia,
en una mirada enamorada,
en la ola que llega y se queda,
en el beso de amor que me calma,
busco la paz ahora y siempre.
Sediento de ella anda
en este mísero mundo,
entre todos la andamos matando.
En el frágil andamio de la vida
un poema por la paz
nunca se olvida.
Busco tierra fértil,
en el olvidado campo
ya no queda quien lo labre.
La ciudad, monstruo avariento,
siempre tiene las fauces abiertas,
es el dios de este tiempo.
Busco la palabra de quien siempre ama
en río fecundo,
que son las letras transmutadas.
En el verso liberado
de los poetas olvidados.
En este perro mundo
de pesebres y lacayos,
no quiero el verso cautivo
que esté siempre latente y vivo.
Busco el verso
que nunca calla y siempre grita,
en esta tierra a veces maldita.
Salvemos los libros
y los olivos
de todos los olvidos.
El caminante
Paseo por el monte,
piso los campos de verde hierba,
voy a la orilla del mar.
Canta el viento, compañero y amigo,
viajero andariego.
No hay fronteras. Sólo un horizonte abierto.
Me quedaré dormido en el infinito después
y en soledad curaré las heridas del alma mía,
que de puro navegar perdió las velas
en un mar lleno de tempestades.
No se puede combatir la sinrazón.
Llevo un libro abierto que en el, página a página
voy escribiendo, de las pobrezas del espíritu,
de las riquezas del alma,
a veces reúno silencios .
Puedo ver la luz en un mundo de tinieblas.
En un día claro, hay en el horizonte
una línea muy fina que nunca se rompe,
una mariposa vuela ,
rosas rojas en mi jardín.
Es tiempo de volver a empezar.
Observo una abeja que trabaja,
hay una flor que la abraza.
Mañana será fruto y semilla,
hoy sólo es una sencilla flor.
Los caminos cada vez
tienen más piedras,
sigamos andando.
Vida
La chispa de la vida
es una vela que se enciende
cuando naces
¡Que alegría de los días que llegan,
y esperan!
Abracé la niñez
llena de descubrimientos,
tantos que almacenarlos
no me daba tiempo.
La chispa en la adolescencia.
Un rió desbocado
de paciencia nada.
El primer amor.
El primer beso.
Las primeras caricias
y el primer fracaso.
No importa, a la vuelta de la esquina
todo espera,
hasta la muerte agazapada con largos dientes,
ella la negra dama llegará después.
Y sólo veo otros amores que llegan,
con las velas desplegadas navego
al son de la música mía.
Llanto y alegría,
hermosa chispa de la vida.
Canto a todas las edades.
Divino tesoro
es el don de la vida.
Deseo
Deseo que la vida no me apriete
mas.
A veces es una soga invisible
llena de avaricia.
Deseo derechos de igualdad para todos
en este destino incierto,
De ciudades pobladas
que son
como grandes desiertos.
No hablemos de cementerios,
allí todos están muertos.
En este destino iracundo,
caminamos en un mundo violento,
aquí y allí se anula el pensamiento.
Robotizados andamos,
sé nos queda la mente como un desierto.
Este no es nuestro destino.
Sé que la primera letra del abecedario es amor.
Acabaremos echándola.
Fue con buenas intenciones, diremos.
Con esas razones, aún en este mundo
existen paredones.
Que nos sea breve y leve.
Con tantos opresores reunidos,
miedo me dan.
Pero ellas las letras, jamás morirán.
Faro de luz
Escribir, de ti que puedo decir.
amor de mi vida,
sueño y bálsamo
que cura mis heridas.
Alegría de mis tristes noches y días.
Fantasía de papel en blanco
que lleno de letras y en la noche vuelan.
Sueño de libertad.
Letras.
Sueños que los tiranos odian.
Te persiguen, contigo quieren acabar.
Sepan señores,
que nunca muere la mano que escribe,
y menos las letras que en ella viven.
El verso, los versos,
El poeta, los poemas.
El cantor, su guitarra
Todos.
Sin patria ni rejas.
Viven en la memoria
de un tiempo que late, y se fue.
De un tiempo que está
y de otro que llega:
las letras.
Letras, faro de luz
en la oscura noche de tormenta.
Se presentan en mis días,
lo mejor que tengo.
Amigas del alma, amigas.
Fiesta
Fiesta para los sentidos,
cuando un poema lees,
en él despierta el alma dormida de las letras,
es mirar con ojos nuevos
cuando el día llega;
es otoño y escucho el cantar de los pájaros,
los pocos que en la ciudad quedan.
Son las ciudades grandes heridas en la tierra
que jamás se cierran.
A destiempo camino, entre horas inciertas,
la ciudad duerme.
Esta es mi fiesta, y la del abecedario.
La de escribir inventando
en las calles desiertas sentado en un tranco.
Sobre mí una farola proyecta
la sombra de un naranjo,
canta el lápiz sobre un papel en blanco
Aire de fiesta tiene la noche en mi barrio.
Mi gato, fiel compañero, no sabe de poemas,
se sube al cuaderno y me saluda,
en el se queda, poniendo fin a este poema.
Sin palabras escribió el último verso.
La Guerra
Guerra, palabra maldita
que desde siempre,
como un negro sudario
tenemos escrita.
Vendedores de ilusiones,
mercaderes de esqueletos.
Llenáis la bolsa hasta reventar,
sois pájaros de mal agüero.
No lo olvidéis, vosotros también
una y oscura fosa tenéis.
No veo la palabra paz por ningún lado.
El rico acumula sin descanso,
qué espanto.
El pobre cada vez más olvidado.
Me incordian los vecinos
con sus ruidos y desatinos,
andan todos reunidos
viendo la televisión.
Como pedir que allá paz más allá,
si es cerca de mí, y no está.
No se admiten quejas,
el poder
tiene a la justicia de su parte.
Ándese con cuidado el pueblo
que se puede ver entre rejas.
Predicamos la paz
¿Dónde se esconde?
Horas
Horas ¿que puñeteras que sois?,
con vuestra corte de meses
años, minutos y días.
Horas que me lleváis y traéis
a vuestro antojo,
como si fuese un manojo de despojos.
Horas es vuestra existencia,
gota que golpea paciente.
No insistís puesto que estáis;
me pregunto donde tantos minutos encontráis.
Son dicharacheros,
y llegan unos detrás de otros,
a veces con prisa, otras con pausa;
pero parecen una carrera de motos.
Horas, venid todas a mí,
os daré con las letras una a una.
Será vuestro sudario
tener por tumba
de las letras el abecedario.
Me adentro en el tiempo y escribo,
sé, aunque no lo parezca,
que las horas son mi mejor amigo,
el silencio en la noche
me trae una brisa que acaricia.
Horas, no creáis que a veces,
aunque derrotado ande, me habéis vencido,
las letras escritas,
elixir de larga vida.
Renacen, sobre un papel,
en él,
os dejo mis recuerdos,
sé que en el fondo soy
vuestro mejor amigo.
Horas. os quiero.
Imaginación
Imagino y sueño,
de nada quiero ser dueño.
Los espacios por donde navegamos,
a ellos siempre,
libertad les debo.
Qué iluso soy.
Ayer me apedrearon el alma
Y bastante dolorido estoy.
Imagino un mundo en paz ,
sin miserias ni guerras.
Si nos dejan sueltos,
entre todos nos aniquilamos.
Así están las cosas.
Desterremos al poderoso de esta tierra.
¿Para qué?
Se pondrá otro en su puesto,
y como de costumbre,
nos montara otra guerra.
Imaginación, eres la luz de mis días,
en mi permaneces como vela encendida,
espero que nunca te apagues,
en ello me va la vida.
Eres árbol generoso
que su sombra me cobija.
Todo das y nada pides.
Justicia
Anda la razón escondida
en un oscuro rincón
esperando encontrar salida,
a tanta desolación
como se respira en la vida.
Oscuros tiempos nos acechan.
En este jodido mundo
entre el asfalto y la prisa andamos.
¿Somos personas o autómatas?
Entre el supermercado y la publicidad,
nos vemos atrapados.
Tenemos leyes entre humanas y divinas
dicen que para una mejor justicia.
Los políticos blindan sus sueldos.
El populacho tiene
una miseria de salario,
del paro ni hablo.
Hay ocultas razones, que siempre
castigan al parado.
Una vez más pidamos
limosna al estado.
En África antes se cazaban esclavos,
terrible aberración,
eran otros tiempos, dicen.
A las costas llegan por miles
se ofrecen por nada y menos.
No les importan los palos
que les demos,
Como han cambiando las cosas,
ya no hay que ir allí a cazarlos.
Estados tiranos por todos lados.
Seamos honestos señores,
tengamos conciencia.
Hagamos algo
con tanta opulencia,
que amanece para todos.
Kiosco
Amanecen los días
en el kiosco de mi barrio,
es un cruce de caminos:
la prensa diaria,
el comentario de los vecinos.
En el los buenos días nos damos,
qué lejos y qué cerca queda todo
con un diario en la mano.
Pues yo me creo que soy docto, y algo letrado.
El mundo en unas hojas de papel,
efímeros instantes
que la papelera aguarda.
Huracanes que asolan.
Terremotos que arrasan.
Terrorismo aquí y más allá.
No compro mas periódicos
que la mañana me acaban de dar.
Los políticos solo se ponen de acuerdo
en estar en desacuerdo entre ellos:
tienen un buen sueldo.
Y los demás a cuestas con el mínimo salario.
Mercaderes de la mentira,
también la infamia
por todos lados.
El kiosco de mi barrio esta lleno de vida,
los vecinos nos damos los buenos días,
cordialidad derrochamos.
Con una sonrisa y el periódico en la mano,
las bofetadas del poder
estoicos las aguantamos.
Libertad
Libertad, libros y bibliotecas,
es la ciudad silenciosa
que habitan las letras.
Hablan paisajes de todos los tiempos,
letras y papel unidas,
manos que escribieron
no fueron vencidas.
Letras amigas de de todos
hasta de tus enemigos.
En este y en otros poemas
me dejo de metafísicas literarias,
Vayamos al grano señores.
La tierra espera arado que labre,
y se entierren en surco fecundo
semillas nuevas.
Libros siempre perseguidos por los tiranos
algunos de demócratas vestidos.
La asquerosa apariencia
en esta sociedad de caretas con sonrisas
Pero mientras haya una mano que escriba,
las letras, sí las letras,
siempre estarán vivas.
Cantemos juntos y demos
gracias a la vida, que lo da todo.
Soy afortunado por tenerte
en mi leve equipaje.
Un lápiz y un cuaderno en blanco
donde mis horas se llenan:
no hay vacío.
Sí alegrías por teneros,
compañeras,
váis en mis alforjas siempre llenas.
Ante las injusticias,
siempre luchas, buscando la verdad
en este injusto mundo.
Tened cuidado que a veces andáis
con el enemigo en casa.
Hay que estar vigilantes
y no tener olvidos.
Lluvia
Lluvia tranquila, fuerte o en tormenta,
eres todo,
germen de los sedientos campos
que te esperan hoy marchitos.
También árboles y ríos,
tu destino
la mar, siempre el mar.
Lluvia, me gusta verte cuando caes,
escuchar tu tintineo
en el techo de mi casa,
y verte en gotas por los cristales resbalar,
Que audacia la mía,
que en los charcos del camino,
cuando era crío,
hacia carreras de fantasía
Lluvia, me traes
Arco Iris viajeros,
paleta de colores en el cielo pintas,
sueños de mi infancia
hoy recuperados,
en acuarelas navegan,
en el cielo se exponen.
Detrás de una loma,
en el llano y en el mar,
siempre estoy dispuesto,
y después de llover
quedarme quieto y ver
los colores que me das,
atardecer.
Poema
Melodía, música de los sueños,
la pintura,
melodía de la mirada.
Notas musicales,
en libertad
por todos los lugares.
Melodía se siente
cuando el amor
llama a la puerta.
Ábrela.
No importa ni el día ni la hora,
se ama a destiempo
y a todas horas.
He visto
en la temprana primavera,
el suave viento de la mañana,
mecer los naranjos
de mi calle
cuando en flor cantan.
Melodía,
alegras esta vida mía,
qué triste anda.
Nacer
Nacer es el acto primero,
las letras también nacieron,
la semilla fue antes.
En este universo que conocemos
la Tierra fue después,
Nuestra casa así es,
humilde casa que en el espacio flota,
metáfora de nuestra existencia.
Pasan los días en efímera quietud,
algunas veces amamos.
Pero la triste melodía de la guerra
dentro la llevamos.
Nace el beso de amor.
Nace el poema que se escribe.
Nace la semilla que se siembra.
También la mano amiga,
y la nube viajera
qué pasó cuando componía este poema.
Ñaña
Ñaña, yo no tuve niñera,
nací después y acompañado,
cosas de la prisa, éramos dos para nacer
en verano y mucho calor,
puerto de mar,
Almería donde vi la luz primera.
Ñaña, yo no tuve niñera,
niño pobre, hijo de republicano
que perdió una vida entera,
en cárceles y campos de concentración.
Disfruté de gran riqueza,
un pequeño cortijo,
tierras de labranza
las higueras, las pencas, el albaricoquero
y la gata blanca.
Un campo abierto para jugar era mi horizonte.
La cabra florida
con sus chotos saltarines,
el coral de las gallinas y el gallo volandero.
Ñaña, yo no tuve niñera,
pero fui feliz en mi infancia
invente mis propios mundos,
llenos de sueños.
alrededor de la era.
Hoy con alegría sé
que aquél tiempo está,
y en mí sigue viviendo.
Olivos
El poema que te escribo
tiene el color de los olivos,
de los campos en primavera
con las flores por la rivera
y sus trocos retorcidos.
Olivos.
El humilde arado abre la tierra,
la yunta tira, la mano lleva.
Detrás el yuntero
en un campo sin heridas.
Siembra.
Madura la vida
a la sombra del olivar.
Madura.
Hay otoños de raíces profundas.
Unen.
Laboriosas noches de escarcha.
Rocío.
Donde estrellas amanecen.
Sol.
Entre el rojo amapola
el dorado trigo
el campo se mece.
Surco.
Paz
Paz, dónde estás que no te veo,
creo que en miopía ando
y encima descalzo.
Tú, paz por la que he luchado tanto
y sigo luchando,
cada vez que te nombro
te alejas.
Como se alejan las horas y los días,
sé que nunca abandonas.
Eres constante,
como la gota de agua que quiebra la piedra.
Sé que las olas del mar
siempre llegan a tierra.
Recojo enseres y camino,
el bosque de la vida me espera,
es un otoño luminoso
donde la luz de mis días alumbra sendas nuevas,
que en acuarelas recojo y guardo
como el mas preciado tesoro.
Es el mejor regalo, paz para vivir,
libertad para soñar.
Entre castaños medio desnudos dormías,
seguí mi paso y no te desperté,
este mundo no es lo que es.
Desespero
Por querer todo quiero
y vivo al desespero.
Un beso de amor
es un tiempo que se queda
en una tierra en calma.
Brisa de la mañana
ojos que miran,
él árbol que crece,
la flor que se abre,
el fruto que nace.
La niña que corre
el gato que se esconde
el sol que se pone
el pájaro el árbol habita.
Abrid todas las ventanas,
el pasado bajo un candado.
De hoy este poema que escribo
a la sombra del olivo.
Como testigo tengo
una razón para vivir,
que se llama
escribir, sí escribir
para que no haya más olvidos.
Relatos,
Relatar, contar, escribir,
imaginar, soñar...
Hacer el mundo sin medida
habitar el bosque de la fantasía.
Historias imposibles
donde no hay días.
Contar una vida,
llenar tu existencia.
Es amar el tiempo vencido,
es no haberte ido.
El poema como ciencia que vuela
en una hoja en blanco.
Es un salto al vacío,
es nadar con las letras.
Dejarte llevar por la corriente
de tan fecundo río.
Donde la amistad siempre está
te juegas todo por nada.
El amor se va, como se van los días
que nos traen nuevas sendas
para caminar.
Sigo
Sentimientos que nacen
al socaire de una vida incierta.
No sé lo que es la paz,
en la guerra no estoy.
Cada día que pasa me dan
información por toneladas.
Oscuro panorama,
sigo en mis trece.
Abro y no cierro
puertas y ventanas.
Sentir la vida flui,
adornar un desierto.
Amar este tiempo,
lejos he de partir.
El verso me lleva,
el poema queda.
Tiempo
Menuda pregunta sin respuesta:
tiempo para un poema.
La locura extraña compañera de viaje,
de leve equipaje,
siempre esta apunto para el abordaje.
Es un tiempo aparte,
en un estado disonante
la lucidez asoma
con su mejor aroma.
Incordio permanente,
en este mundo tan aparente.
Loas al poeta
que escribe desde la cuneta.
Con la creencia estilizada en las letras
hasta ahí hemos llegado.
Lo que pagan los del pesebre a sus versificadores
es peor que un sudario.
Duelen las espinas,
nunca el amor a las letras.
Sin nosotros el tiempo no es nada,
polvo de estrellas somos.
Y el universo,
nuestra morada.
Humildad
Humilde es la mañana que generosa
me despierta,
me abraza el día que empieza.
Soy como el arado y la retama en el monte,
labro mis días
con semillas nuevas
cerca del horizonte.
Junto a la vieja higuera descanso,
ella generosa me cobija,
en su humilde generosidad vivo.
Dentro de la ciudad,
monstruo de fauces abiertas,
los días son planos, las estaciones se pierden,
la ciudad esta muerta.
Alcantarillas, arterias de inmundicias,
oscuros caminos,
senderos ciegos de lo humano.
Ya es demasiado tarde,
no hay lugar a donde marchar
y menos donde cobijarse.
Los actuales caminos,
el campo,
son como ciudades llenas de desatinos.
Se acabo la humildad.
Me voy .
Quiero ser otra vez campo, no ciudad.
Voz
Viento para que esparza la voz y la palabra,
voz solidaria,
para denunciar todas las injusticias
de este mundo,
voz que nunca calla.
Viento, proclamas en nubes,
lluvia, alegría de la tierra,
campesino mira al cielo y todo espera
Brisa que me traes
aroma del primer amor.
tiempo que se acaba,
empezare otra vez.
Contigo me voy, viento,
no estoy nada bien
en la sociedad de mi tiempo.
Llévame lejos, mucho,
donde no estén sucios
los espejos de la vida.
Watapis
Watapis,
humilde tambor
que en cerámica suenas,
lleno de ancestrales melodías,
son tus notas sonoras
en el bosque de antaño
pura armonía.
Vasija de barro hueca
donde la noble arcilla vive,
cuando me toque
yo te pido que no me olvides.
Soy viento que escucha,
canto y amor,
mensaje que en lejanía espera.
La arcilla fue primera,
las manos después le dieron forma:
hoy Watapis aun suenas.
Xilofonista
Xilofonista toca,
con sonido limpio,
en colores
amanece el día.
Xilófono,
humilde instrumento
tienes percusión
en todos tus tiempos.
Falso piano te llaman;
pero modestia aparte,
que te dejen tocar
y verán lo que de verdad
es arte.
Yunque
Trabajaba el yunque y el hierro
por la tarde y por la mañana.
Mi abuelo tuvo una fragua,
era el maestro de la metalurgia.
El hierro al rojo y el fuego
dóciles en sus manos
se volvían,
eran sus fieles compañeros.
Barrenas, picos, rejas y azadones
de sus manos salían.
Yo era pequeñito,
siete años como mucho tenia.
Vacaciones en la fragua.
Lugar mágico para mí,
el mundo de Vulcano
con su chisporroteante
sinfonía,
me tenía seducido
noche y día.
Decía mi abuelo:
“Dale al fuelle Manolico
que esto se apaga
y el hierro se enfría”.
Tenía mi abuelo
un huerto detrás de la fragua
con naranjos y limoneros.
También un gran ciruelo.
de dorados frutos.
Me hizo una azada pequeñita.
Yo le preguntaba:
“Abuelo, ¿éste árbol qué es?”
“Éste, un albaricoquero de mayo,
este otro, un membrillo,
aquí dos ciruelos negros,
allí, uno blanco.
Esta higuera
es una brevera temprana
y este de aquí
un lindo paraguayo”
“No cojas esa mata,
Manolico,
es una ortiga
y te picarás si lo haces”.
Entre el huerto y la fragua
me creé un mundo
de ensueño,
me inventé mundos
y de ellos me hice dueño.
Creo que mi abuelo
tenía un secreto.
Seguro que era
el del fuego eterno:
donde moldeaba los metales,
y el espíritu recio
como el hierro, que al fuego se doblega.
Cavar la tierra.
Ciencia y agricultura,
su mejor melodía.
Escribía en el hierro al rojo vivo,
a golpe de martillo y yunque
hay que moldear la materia.
La tierra espera,
el arado el mancaje, la azada
y también el rastrillo.
Y nosotros dos, Manolico,
descansaremos
cuando los frutos maduren
a la sombra del membrillo.
Texto aparte
Es la soledad,
como un texto aparte
del que escribe como arte.
Caminante y caminos,
Don Quijote y Sancho,
como estandartes
y los campos por delante
con sus molinos.
El filosofo errante
hilvana su destino,
bajo un sol inclemente
la justicia se abre camino
mirando un sol impresionante.
Cervantes, te fuiste,
nos dejaste,
caballero, escudero,
dama
y espada en ristre.
Una mancha que se extiende
con molinos de sabiduría.
Vistiendo el paisaje de letras,
Reventando la hipocresía,
Valgan estos versos
para aquellos que en soledad escriben,
para que se hundan los tiranos,
todos, todos, todos,
los que en este mundo perviven.
Poemario que va adjunto al abecedario, un poema en cada letra cuadro
2.005
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