sábado, 11 de agosto de 2007

CUADERNO DE BITÁCORA

Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Andalucía
Expediente AL-00104-2007









DEL 9 AL 25 DE FEBRERO DE 2,007


Inicio del viaje: Cuatro de la mañana, viento muy fuerte.



El nieto del fragüero MFC








La nave va

Fuerte viento nocturnal me acompaña.
Noche terrible
poblada de oníricas fantasías
que sobre los cables de la luz
silban tétricas melodías.
Aullado como jauría de perros
salvajes
por todos lados los tengo.
Al amanecer casi agotado algo duermo,
mis pesadillas
y el viento se han calmado.
me levanto.

Que sobre los cables de la luz.

Despierto sobresaltado
todo a mi alrededor
es silencio.
¿Estaré vivo o muerto?
Eso es lo que pienso.
Tengo una dolorosa erección,
es de espanto.
En mi nocturna soledad
algún lúbrico sueño
me dejó su recuerdo,
agradecido soy
navegando voy.

Eso es lo que pienso.

Con los ojos como platos,
rojos como un salmonete
y la lengua como un zapato
delante del espejo no soy yo
es otro.
Mucha agua fría
y me despejo.
Hago equilibrios con el zumo de dos limones,
me lo bebo al tirón
y sin pena ni alegría lloro
así es la vida.
Otra vez en la ruta
sigamos navegando compañero.

Delante del espejo no soy.

Siempre la televisión
inquisidora,
ella la muy bella,
seductora,
inmisericorde, implacable,
sutil y muy maleable,
la mente.

Inquisidora.

Las conciencias
vacías de contenido andan,
miramos con ojos de autómatas,
enamorados de los escaparates
andamos,
mucho es lo que ofrece el mercado.
No piensen,
se pueden hacer daño en alguna neurona.
Ausente soy de las ondas catódicas.
Por las esquina de la vida
el viento armónico se pasea por el valle,
sube en brisa y mis sentidos acaricia.
Son melodías de los campos y almendros en flor
y aroma a panal recién sacado
aunque ausente sea
nunca me olvido del amor.

Vacíos de contenido.

Amaneció despacio,
es mi tiempo,
cojo unos pocos enseres,
papel,
cuaderno, lápiz,
y acuarelas para pintar,
el paisaje que imagino
va conmigo.

Es mi tiempo.

La nave para viajar
en hermosa tecnología se desplaza
y en un monte perdido estoy,
después
viajo al sur luminoso
donde los fantasmas
yacen dormidos.

Hermosa tecnología

Viajo sin descanso,
siempre lo estoy haciendo
y camino voy construyendo
con la mente, con el alma,
con mis manos,
se me olvida el cuerpo
a veces ni lo siento
cuando el sur con su luz y mar
me recibe
en un abrazo fraternal.

Con mis manos.

Quiero dejar recuerdos atrás,
lastre de otras vidas vividas,
y para que no me duelan
me anestesio con versos por si acaso.
En un paisaje poema
hoy tengo un espacio
en un tiempo que se queda,
donde laten las olas al son de las horas
que vivo.

Para que no me duelan.

Las gaviotas sobre la arena se posan
ajeno a ellas soy,
parezco un extraño
en tierra de nadie,
sigue el mar con su milenaria fuerza
desmenuzando la roca.

En tierra de nadie.

Playa del Monsul,
viento muy fuerte
que en mar brava desgrana
en olas,
mientras el ronco sonido
en espuma navega.
Olas y viento
a mis descalzos pies llegan.

En olas.

Paseante solitario
soy,
me cobijo al socaire
del monte,
solo quedo sobre arena y mar
donde estas odas escribo.

Del monte.

Durante un tiempo
tres gaviotas
en el aire quietas quedan,
solo puedo flotar con la mente
ante la belleza
de un paisaje
de mar y viento desatados
yo no soy ausente.

Ante la belleza.

Aquí sobre la arena
cerca del todo estoy,
mañana seré nada. ni una huella.
Una racha de viento
casi me eleva,
que suerte la mía
que casi mi cuerpo vuela.

Mañana seré nada.

A veces leo en mis días pasados
este presente que llega
donde un futuro incierto me espera.
Siempre ando esperando
que el amor soñado se quede
y el amigo no se vaya,
los dos acaban yéndose,
yo sigo soñando.

Este presente que llega.

Lejos de cualquier lugar
habitado estoy.
Aquí el día es otro tiempo
el tiempo es otros día,
respiro en esta parte
de la vida
al son de una tierra que late viva.
Donde las olas crecen
mientras el viento las mece
olas en los arrecifes.

Habitado estoy.

Una roca solitaria
cobija una gaviota que llega,
las grandes olas
cada vez más
rompen en espuma,
soy un intruso
en este lugar liberado.

Las grandes olas.

Una vez más
sobre la arena camino
uniendo sueño y destino.
El mío.
Desnudo, descalzo
y con los pies mojados voy,
siento la fuerza del mar sobre mi piel,
estoy dispuesto
a no llorar más ausencias
y ser yo y mi soledad.

Sobre la arena.

En la brevedad del sueño
en un espacio sin tiempo
el cuerpo se ausenta,
despierta delante del mar
que sigue en olas
fuertes y poderosas,
es por la tarde y el sol declina,
paseo descalzo.

Fuertes y poderosas.

Pensamientos de metáforas muertas
anidan como aves carroñeras
en las arterias del alma,
acabarán devorándonos.
Incendiario del verso
en la mugre
intelectual que nos rodea,
crisis global.
Quieren amarrar las palabras.

En la mugre.

De metáfora poetas cadáver
antes de haber muerto,
el pesebre y el parnaso
está lleno.
El hoy de la poesía es un pudridero,
sólo existe lo oficial y oficioso,
los demás ausentes somos.
Apátridas y fronterizos
seguimos en las barricadas,
es lo que nos queda.

Apátridas y fronterizos.

Silva el fuego en la ladera
del volcán de la vida.
De las palabras falsas
ni las cenizas quedan,
la herrumbre del poder
a todos lados llega,
la amamanta el dios dinero.
De ubres repletas
cuelgan bocas sedientas,
nada sale.
Hambre, hambre, hambre,
mueren los días y los humanos.
El dinero nunca
los lacayos menos.

A todos lados llega.

Palabras perdidas en horas muertas,
guarden silencio obedezcan.
Donde las cosas están
en los templos de consumo
tenemos todo.
Compren que felices serán
y véndannos sus conciencias
por nada
y a cambio les damos lo que quieran.

Guarden silencio obedezcan.

Salí corriendo y al mar fui,
soy ausente de la gran catedral del consumo.
La bolsa y los bonos del estado,
el coche a plazos,
la vida también
es un plazo fijo.
Regreso ya por la tarde,
el mar tranquilo
en atardecer me despide,.

Los bonos del estado.

Hasta siempre le digo
al dolor del alma mía
que hoy es ausente.
seguimos destruyendo
este mundo.
voy descalzo y desnudo,
soy el amante solitario y solidario
con los días que me llevan.
Lo he dicho antes en algún lugar
y lo vuelvo a repetir
solo ejerzo mi libertad.

Sigo descalzo y desnudo.

Es heroico escribir
en tiempo de mentes planas televidentes,
ausentes penitentes
como cataplasmas.
Sigan en las catódicas ondas
del orden establecido
y roboticen sus mentes

Es heroico escribir.

Una vez mas regreso,
dejo atrás mar pasado y desnudez,
cojo lápiz, cuaderno y escribo,
mis huellas el la arena se borraron.
El mar amigo
otro día me recibirá,
el sendero queda abierto.

El mar amigo.

He amanecido en la estación de los libros,
largo viaje el mío.
Cuaderno, pluma y tintero
para ávidos viajeros,
como guía un abecedario
para imprudentes que no quieren perderse
en los vientos de las letras
de esta gran estación
de Hispanohablantes.

Para ávidos viajeros.

La nave descansa
yo también.
Descansemos.
Quedo en la estancia,
la que enriquece,
es alma de la poesía,
eternas son las letras
y muchos por ellas
dieron la vida.

Eternas son las letras.

La cama,
el descanso la tranquilidad.
La luz de la bombilla
alumbra mis noches.
Un cuadro en la pared
de una amante que fue
aun alegra mis sentidos.
Esta noche sin viento
todo es silencio,
cojo lápiz y escribo.
Abrazo el verso
sintiendo que estoy vivo,
en las oscuras noches
es luz de mi camino,
aun en la estación de los libros sigo.
Ando buscando uno de filosofía
que sea practico en el amor,
faro en la oscuridad y luz de mis días.

Un cuadro en la pared.

En febrero todo es de esperar,
sigo navegando en el mar de mis días.
Buen tiempo
dice la radio que tendremos.
Ayer hizo un terremoto
enorme y fantasioso
de seis grados y pico.
No nos asustemos todo tiembla
se ve que se nos ha olvidado
que leves somos y siempre lo seremos
habla menos y la tierra siembra.

Buen tiempo.

Una semana lleva el teléfono sin sonar,
sigo con el abecedario
por compañero
donde letra a letra voy aprendiendo,
reviso algunas pertenencias
pocas a lo sumo,
un escueto vocabulario
con algunas ausencias.

Por compañero.

Las letras no pesan,
en invierno
fluyen como agua de mayo,
intento escribir del revés
para que me salga
multiplicados los versos por tres.

Como agua de mayo.

Sembrar una vez más
semillas y letras,
eso hago
y las regaré con mis manos.
Al son de mis días venideros
aro y siembro un tiempo nuevo,
vuela la perdiz en el monte
huyendo del plomo asesino,
eso no es labrar los caminos.

Semillas y letras.

Un día más viajero voy,
me amaneció
en blanca flor de almendro
dejo todo y campo soy,
en mis pasos
sobre labrados surcos ando,
me siento a descansar
debajo de unos versos centenarios
en troncos de almendros transmutados
Me cobija el prado.
Una suave brisa mueve las ramas,
en este día de febrero
caen los pétalos sobre la tierra como
blanca nieve de enero.

Me cobija el prado.

Pacen los días de invierno
en la vega de Turón,
a la sombra de los montes
sestea el almendro,
su manto blanco
hoy quiere ser silencio.

A la sombra de los montes.

Mi existencia se diluye.
En el aire que llega.
En la rama que se mece.
En la flor que crece.
En la tierra que me sustenta.
En los viejos almendros del valle
que aún viven,
sonido de otros tiempos
entre pasado, presente y futuro,
el surco como el poema
arado queda.

Cuaderno de bitácora.

Día trece, miércoles sigo en febrero,
cambio de transporte,
viajo en tren.
Algunas cosas quedaron en el camino,
el paisaje me sale al encuentro
entre la tarde y los montes
silencios.
Sube una larga cuesta.
La existencia entre la levedad
imaginada
y la pesadez cotidiana va.

El paisaje me sale al encuentro.

Se me tuercen las letras.
Veo árboles en casas abandonadas,
delante de ellas palmeras y pencones.
El río Andarax agua lleva.
A su vera campos de naranjos
esperan primavera.

Agua lleva.

Almería Madrid
Madrid Almería.
Otra vez esta el tren en mi vida.
Solo voy solo estoy y solo volveré.
En un vagón solitario tengo por compañía
desde la ventana
un paisaje más en mi vida.

Solo voy solo estoy y solo volveré.

Montes erosionados,
escueta vegetación.
Almería,
su desierto y el mío
en vergel andan transmutados.
Pasamos por una estación
en abandono,
vota UGT dice una pintada.

En vergel transmutado.

Los obreros y el capital
siempre enfrentados,
la gran patronal, como dios
anda por todos lados.
Los albañiles se caen de los andamios,
quedan en el suelo desparramados.
Siempre en lucha aunque perdamos.
Seguimos por el desierto,
telúrico paisaje
de ancestrales melodías,
es la tierra de la luz
Almería.

Siempre en lucha aunque perdamos.

Fuensanta.
Estación y casas abandonadas.
Todo son abandonos a este lado de la vida,
un alto puente nos sustenta.
Barrancos erosionados,
cortes en la tierra como cuchillos afilados.
Nos mira el desierto
lleno de arbolado esparto,
es paisaje y casa de lagartijas,
culebras y lagartos.

Nos mira el desierto.

El mismo cielo de siempre
luminoso y generoso,
algunas nubes viajeras
me acompañan,
y a lo lejos cerca del río
con palmeras a su alrededor
un caserío.

Luminoso y generoso.

Otra estación abandonada me mira,
dice
ya no soy nada.
Mientras unos olivos solitarios
se hacen dueños del paisaje.
Cerca de las vías
yacen los sepulcros de unos restos
arqueológicos olvidados.
Un caserío muerto mira con ojos que no están,
es el reducto de lo que se fue
el tiempo todo se lo lleva
a nosotros también.

Se hacen dueños del paisaje.

En una curva cerrada
como viajo el último
veo la máquina del tren avanzar.
Un secano de almendros en flor
alegra el paisaje,
me recuerda
lo dulce y amargo que es el amor.
y con muchas retamas
se viste de verde el campo a su alrededor.

Alegra el paisaje.

Pequeñas piras funerarias
consumen los restos
de unas parras
recién podadas.
El campesino labora días de escarcha
en surco y arado
la cosecha espera.
El tren cruza por debajo de la autopista.
Tres almendros floridos y un campo de olivos
atrás quedan,
todo son atrasos en esta vida.

Recién podadas.


Un viejo invernadero abandonado
en un árido paisaje,
su suerte está echada.
Aparece como un cortijo caído,
hay jirones de plásticos por todos lados,
se me borra este triste paisaje
un túnel lo ha secuestrado.
Más adelante la gente trabaja,
cava la tierra,
en ella
árboles siembra.

En un árido paisaje.

En un descampado
muchos vagones de tren
andan tirados.
El paisaje se va llenando de escombros
y pequeños campos labrados.
Almendros, olivos y algunos pinos
y en el centro un cortijo de blanco vivo.
Pasamos, todo es un pasar,
lo dijo Machado,
pasa otra estación abandonada.

Muchos vagones de tren.

A lo lejos en el valle
dos pueblos blancos
rodeados de una temprana primavera.
En mi mirada enamorada
los almendros se transfiguran,
eso es estar cerca del cielo
y no necesitar alas para volar.
A lo lejos Sierra Nevada se viste de blanco,
es como una novia recién engalanada.
Seamos honestos
que los políticos están en campaña
intentando llenar los cestos.

Dos pueblos blancos.

Se hizo noche en el tren
apenas me di cuenta,
suena el acero de ruedas y raíles
es oscuro el exterior,
dentro luces de neón
y para colmo de males
han puesto la televisión.
Leo en un viejo libro
viejos y gastados poemas,
su vigencia es eterna
soy efímero como el día que se va.

Dentro luces de neón.

Mientras que el tren va rodando
yo historias voy imaginando,
en la escultura con forma alada
me voy fuera volando.
En la visual melodía
que despacio voy creando,
laten las cosas en las puertas de
la imaginación donde siempre voy
entre etéreas obras de arte estoy.

La imaginación.

ARCO. Otra vez a la feria de las vanidades
donde ojos sedientos se lo llevan todo,
este es un mercado avariento,
arte por suelos, paredes y techos,
compremos y consumamos
hasta que no quede
ni las más leve huella de nuestra existencia
y el humano pensante
se haya borrado de este mundo.

ARCO.

¿Qué planeta?
¿Cuál?
¿Vivimos en un planeta? Qué susto.
Alegrémonos,
disfrutemos de ,el y su benevolencia
antes de destruirlo
pues a la vuelta de la esquina
otro Marte seremos.

¿Vivimos en un planeta? Qué susto.


Madrid ciudad generosa y cosmopolita.
Llovió y la contaminación
por un día fue ausente,
prisa por todos lados
metro, autobús y taxis,
millones de seres anónimos caminan.
Es el desierto de la vida,
algo queremos ser.
Seamos sólo personas
comuniquémonos, amémonos.

Prisas por todos lados.

Seamos felices
si es que la felicidad existe.
En algún resquicio de nuestras vidas
pidamos lo imposible,
luchemos por ello.
Un mundo en paz es lo que necesitamos,
la paz hay que llevarla dentro
y cultivarla como el mejor huerto.

Seamos felices.

Si los dioses nos crearon
seguro que todos andaban ebrios de algo.
El parto no fue fecundo
pues a la vista está,
nos dedicamos a destruirnos
y de camino este mundo.
No dejemos nada en pie,
ni a nosotros mismos.
Vivimos instalados en una gigantesca mentira
mi cerebro exige
seguir pensando y caminando.

El parto no fue fecundo.

Estoy en la gran feria,
en ella todas las vanidades son posibles,
hasta las mías caben
y esos que son anónimas.
El arte ha caído tan bajo
que me da espanto,
a veces lo veo como un estropajo,
somos pura mercancía,
yo aspiro también a venderme
a buen precio si puede ser
que corta es la vía.

El arte ha caído bajo.

La creación en estado puro
es ir caminando por la vida
desnudo.
Hagamos que el amor
no llore más su ausencia

Desnudo.

Un recinto abarrotado,
gente por todos lados,
qué sofoco,
estoy asustado.
Al socaire de un rincón
sentado en el suelo escribo
en un cuaderno de bitácora
para viajeros accidentados.

Al socaire de un rincón.

A resguardo de una marea humana
estoy,
enfrente de mí en la pared
cuelga un aséptico desnudo de mujer.
Una dama sentada en el suelo bosteza,
otra se rasca la cabeza
llega la hija y les increpa.

Estoy.

Mamamos en la feria
de ubres avarientas,
colgado con descaro
se vende todo al mejor postor,
llámenle arte u otra cosa,
esto produce hedor.
el arte nace cadáver,
brindemos sobre su ósea faz,
hay que tener valor
para estar aquí y participar,
con la mirada con los sentidos
son vendedores de todo,
yo compro nada.

Se vende al mejor postor.

Llueve
lentamente sobre la tierra.
Y las plantas
cantan la mejor canción,
la de la esperanza.
Que habita en semillas
donde esperan fecundos días que llegan,
en un trozo de jardín
la tierra ha dejado de ser árida.

Canto la mejor canción.

Un olivo trasplantado
florece en su tronco retorcido,
donde ramas nuevas riegan
en estos días de lluvia
la raíz
primera del árbol de la vida.

Ramas nuevas se riegan.

El viaje sigue,
donde la ciudad duerme yo escribo,
un cansino reloj
le hace muescas a los minutos,
es viejo y atrasa las horas,
el tiempo retardado va.

Un cansino reloj,

Las ferias terminan,
las vanidades siguen,
los verso caminan
porque siempre hay una mano que escribe.
Madrid dieciocho grados
y estamos en febrero.
Esto es como el amor,
cuando llega creemos que nunca se acaba
después cenizas tenemos.
Vivamos amando los días que nos llevan,
seamos generosos,
sólo tenemos una vida.

Esto es como el amor.

Nunca fueron tan egoístas
los que tienen el poder,
lo manejan a su antojo
con el beneplácito de nuestros votos.
Todo para nosotros,
hasta el antiquísimo ojo por ojo.

Lo manejan a su antojo.

La película, el tren,
los viajeros, la estación,
Alcázar de San Juan,
campo y ciudad van quedando detrás.
Yo escribiendo
en pos de mi destino
por estos áridos caminos.

Y yo escribiendo.

Dicen que los parias
y los que vivimos en las barricadas
no tenemos derecho a nada.
Los pasos que damos a contracorriente
a pulso nos los ganamos.
He visto a un perro
con insidia roer un hueso
el hambre no tiene patria.

Dicen que los parias.

El parnaso de los pobres,
el salario como sudario,
si tienes come el día que puedas,
largo es el camino de las desidias
que nos acechan.

El salario como sudario.

Escribo al ritmo que vivo,
el tren otra vez rueda,
las mujeres hablan por el móvil
impúdicas conversaciones,
se ríen…
y a mí los raíles me tuercen los renglones
Sobre el horizonte los últimas
luces de la tarde van.

Los raíles me tuercen los renglones.


A veces mi cerebro
en tinieblas anda,
son oscuros tiempos.
Los políticos los venden bien decorados
y después nos estallan,
es la terrible guerra,
aunque se acabe
la paz nunca llega.

A veces.

Incomoda la verdad al poder
como las moscas en verano,
ellos con su mentira mil veces difundida
el cerebro nos lavan.
Va el tren,
torres y cables,
modernos árboles
y en el paisaje manchego,
crece el trigo
en un verde vivo.

Va el tren.

Las palabras son colores
el papel lienzo
y el lápiz pincel.
El escritor pinta palabras en color
y melodías al atardecer
navegan.
Cuando el paisaje en quietud vive
duerme la noche en el sueño.

Navegan.

Nuevos campos despoblados.
Y a la vera de la vía
grandes silos de grano.
Otra estación abandonada
pasamos.
A la derecha se ve una encina solitaria
mientras el sol entre nubes declina.

A la vera de la vía.

Mientras el tren avanza
me regala el horizonte
un bosque fugaz
que pronto se queda atrás.
Empieza a llover
sobre los campos de La Mancha
y una plantación de jóvenes olivos
a la lluvia canta.

Empieza a llover.

A lo lejos sobre unos montes
gigantescos molinos
sestean sobre el horizonte.
Es la moderna tecnología,
faltan Sanchos y Quijotes
para que los combatan
corazón de las letras mías.

Gigantescos molinos.

Gran suerte la mía,
sobre los campos
vestidos de verde llueve.
Y el cielo me regala
su mejor sinfonía.
El color en fuertes jirones se desgarra,
es la naturaleza unida
para cantar al viajero ávido de paisajes
sus ocultas melodías.

Vestidos de verde.

En colores azules
nos recibe una estación,
aclaremos las ideas,
en un poste pone
vota Paco.
El tren sigue parado
y el atardecer en colores
acaba.
Todo termina.

Vota Paco.

Ya estoy llegando,
es el fin de este vital y corto viaje.
El amor quedó atrás
y una vez más vivirá en el recuerdo
de este cuaderno de bitácora.
Es como flores en primavera
el amor que queda.
Anda siempre la brisa
buscando el sutil aroma
de una piel enamorada,
es el canto de una manos
como ave solitaria
que al volar
hagan vibrar el alma mía
el amor siempre fecundo
mane en la fuente de la vida
en mis solitarios días.

Cuaderno de bitácora, fin del viaje lunes 19 -2 -2.007

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