sábado, 11 de agosto de 2007

EL OTRO LADO DE LA MEMORIA

Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Andalucía
Expediente AL-00104-2007












Desde el aire
veo un desierto
que nunca se acaba.
Soy todo sorpresa,
mi destino es incierto
¿una guerra tal vez?,
casi seguro.
Aún no lo sé.
Veo un mar de sal,
blanco, muy blanco,
como las casitas
de mi pueblo
que quedaron atrás.
En el ejército
y en lo militar no soy nada,
estoy secuestrado.
No se cuando volveré
pero volveré.

Volando en un avión militar sobre el Sahara.1972.







Silencio

Sentado en lo alto de una duna,
en la inmensidad del desierto,
no existo.
Soy aire que me lleva,
sol que se pone,
estrellas en la noche.
Una flor en brisa llega
y una mirada, a veces
te dan la mejor nota deseada.

Sahara, 1973.







Volver

Dos años después
me enteré de verdad
qué es el infierno.
Casi se me rompe todo
pero aguanté.
Cuando me vi. libre
supe lo duro que fue
el camino para
recuperar mi libertad en las maltrechas horas
que me trajeron
los días venideros.

Sahara. De vuelta a casa. 1974.








Los trigales

Cuando las espigas se quiebren
al calor del estío
y las mieses toquen el cálido suelo
llegará el otoño. Y el invierno,
con su humilde manto gris y blanco,
lleno de nubes viajeras, lloverá sobre la tierra.
Y le dirá al perezoso grano dormido
"despierta y sal, que es hora de vivir y mirar”
la brisa mañanera te está esperando,
para besarte, mecerte, acunarte
y alentar el germen que llevas en tu seno,
del que nacerán espigas
que al viento primaveral
se mecerán en las tardes estivales
como olas sin dueño
en un mar en calma.
La amapola y el gorrión
serán compañeros de viaje;
la amapola te dará un traje rojo
y será tu amante.
El gorrión te alegrará con su canto.
Siempre amanece temprano
para el grano que la tierra espera.

Historia de un grano de trigo. 1978.







El aire que respiro

Se viste el paisaje en color.
En esta temprana primavera
y a lo lejos veo
la línea del horizonte en azul vibrar.
Sueño con ser pájaro
y volar y volar a tu encuentro.
El paisaje me hace libre
para amar;
la sencilla flor,
el agua del río,
el camino que ando,
el aire que respiro,
la arena que piso,
la ola que llega,
el beso que me das
Y entre los dos queda.

Punta negra. Cabo de Gata, 1977.







Crecer

Yo amo el deseo,
ese momento que intuyo
de tornados desatados
que en mi interior nacen.
Después de la tormenta,
un mundo nuevo crece.
Cojo pinceles y abrazo paisajes nuevos,
empuño sueños de luz
es un manojo de instantes
que en el lienzo quedan
como tiempo fecundo que abrazo.

Pintando en la orilla del mar. 1979.







Aprendiz

Estoy aprendiendo
a escribir.
Veo luz otra vez
entre las tinieblas
de este caminar.
Con letras y papel,
línea a línea,
voy sembrando
ilusiones.
No permito que detrás de mi
se siegue la palabra
porque estoy aprendiendo a vivir.
Intento desnudar un verso letra a letra
Como la mañana que amanece.


Después de terminar el cuento La Vieja Librería, ambientado en Madrid. 1980.







Algo descosido

Se me cae todo.
No encuentro
palabras,
aunque las busco.
El cansancio
se ha hecho dueño
de todo mi ser.
Se me ha caído el lápiz,
el papel también.
Y hasta los sueños.
Adiós, amor, otra vez
¿te escribiré?. No se cuando.
Espero no verte más,
ando fastidiado
así que hasta siempre
búscate otro que te llore
soy ausente de ti.

1.980







Estoy lejos

Tu mirada me basta
y con ella siento
ese mundo que aflora
desde dentro.
Borracho de ti, ando
como la abeja y la flor
en el prado.
amar no tiene cura,
lo sé ¿y qué?
No hay nada
que se pueda
comparar
al inmenso placer
de dormir desnudo
junto a la persona amada.
Y en nuestra desnudez
el tacto de una piel
que en miradas acaricia.
Hoy quisiéramos
detener el tiempo
hasta quedar sin aliento.

1.981







Libre

Como una eterna
primavera
navego en la sinrazón,
me agarro a las nubes,
soporto el viento
y tempestades soy un iluso
y quiero tener
los pies en el suelo.
Quiero estar junto a ti,
pero tu corazón
late lejos
en la distancia
y con otro
hasta siempre.
No puedo amar a quien no me ama.

1.981








Desconchones en a memoria

Desconchado y a destiempo
una mano anónima dejó
escrito en una pared:
"Luisa te quiero,
siempre te espero".
Esperar.
Nos pasamos la vida esperando
como la tierra espera la semilla,
como la arena espera la ola
para besarla.
He llegado tarde.
La espera terminó.

1.981








Loquerías

Juntar dos soledades
en un mismo camino
es la razón
que no tiene cordura.
Es locura del
corazón
que, por amar,
llega al agua
más pura.

Poema para Marisol.

1.982







Letras

Que dancen los pinceles
con música de violines y guitarras;
que trabaje el cincel
a golpe de sol y viento;
que cante el campesino
detrás del surco y el arado;
que el mar labre la piedra
y el pescador componga a golpe de remo.
Yo seguiré escribiendo
donde sea y con lo que sea,
pero escribo
en este mundo incierto.

1.982







El que nada tiene

Aroma de mujer,
¡qué locura
es abrazar un sueño
en este distorsionado
mundo!
¡Es la razón certera
del que nada tiene
y todo espera!
¡Quiero ser
una vez mas
aroma de mujer a las tres!

Versos para una amiga







Las perlas

Bajo un árbol,
bajo un puente,
de frío y sin comer
y abandonados
mueren en esta sociedad opulenta
los indigentes.
Es nuestra sociedad
del bien estar, callar y otorgar.
Cartones amontonados
debajo de un puente, en un portal.
Salgan señoras a pasear,
no me den limosna
pero tampoco me pisen
que bastante me pisa la vida.
Pero paseen bien abrigadas
abrigos de pieles
y collares de perla fina.
Tengo escarchas en el alma
pero no me pisen al pasar,
las noches son muy frías
en este lado de la vida
llamada ciudad.

Madrid, febrero 1.983







Crecer

Cojo mis armas de paciencia,
no arranco, siembro,
empuño un ejercito de semillas.
Defiendo mi vida, la vida
mi libertad, la libertad
en esta tierra que me da cobijo.
Más árboles crecerán.
Hoy es un buen día he plantado
semillas nuevas.
Sol y tierra mojada después de la lluvia,
es tiempo de esperanza en el monte

Sembrando algarrobos en la Sierra de Gádor. Almería.







Sembrar


El hortelano
con sus rudezas
se levanta.
Al salir el sol
el corral se despereza,
el a la tierra
acaricia, le habla
Es hombre de campo,
atesora sabiduría
que labra en surcos día tras día.
Con manos de estrellas y luna.
Siempre sale el sol para el
le amanecen los días
llenos de semillas en las manos.

Después de la siembra de los guisantes.1983.







Orfebre

El eterno ciclo de la vida
me abraza.
Soy de un caminar
encendido:
Adoro del amor.
Su nacer
y, como un orfebre,
cuidarle y verle crecer.
Sé que delante de mí
sólo hay camino
para andar
y que el amor se termina
algunas veces
nada mas empezar.







Gotas de rocío

Cuando se desgarra
el silencio
surge el llanto,
que, como gotas de
rocío riega mi rostro
y me calma,
es un grito apagado
que quiere romper todo.
Pero el fuego
siempre arde; otra vez.
Se escuchan sonidos
de tambores y sables,
llevan una cruz por delante
no les dejemos que hablen.
Es como la brisa
llena de rocío,
que suaviza
la intemperie de un vivir,
donde a veces
se camina descalzo
y desnudo,
ante un tiempo miserere.
Se acabó la intentona golpista.
Hay que seguir vigilante
pueden llegar los de antes.







Surcos

El buen vino
se labora en
la tierra
en telúricas noches
de rocío.

Del andar
Es elixir para
aliviar este duro
camino.

¡Oh el buen vino
que sale de madera noble,
el sarmiento y el roble!
¡Compañeros brindemos!

De la cepa es el destino.
Labrador siembra dorado y rojo
que soy bebedor
de amor y vino.

Campos de viñas recién labrados.








Urbanitas

Las ciudades crecen y crecen
sin parar,
devoran el paisaje, sin parar
¡qué vértigo más enloquecedor!.
Ayer fueron campo.
Murió el campesino
en tempranos exilios;
el árbol, el pájaro,
la flor, el surco y el arado,
en desamparo desnudos se quedaron.
Adiós campo solo te quedas y
olvidado.

1983. Decadencia del parral en la provincia de Almería.
Se terminó definitivamente.








Los invernautas

Los montes de mi tierra
se van deshaciendo
poco a poco
en un manto de tristeza.
Les dejaron desnudos,
se llevaron las encinas,
el acebuche y el chaparro,
el algarrobo sureño
Y el ciprés milenario.
El viento silba en los collaos,
los barrancos rugen
con voz ronca y grave
su tristeza.
Han dejado gris el paisaje.
El plástico, último dios llegado a tierra,
allana montes, siembra invernaderos,
castra conciencias;
la avaricia ancho saco tiene,
la cordura se oscurece,
envenenamos campos y almas;
es nuestra sociedad del invernadero
en Almería la nueva tierra prometida.








Esta vida

Existen mil mañanas,
tantas como podamos
imaginar para amar.
No hay tiempo lejano,
soy pequeño en el ser,
como palomas que se arrullan en el nido.
Cuando mi cuerpo toque la húmeda tierra
seré leve en el recuerdo,
¡que no me metan en un oscuro cajón,
plantad sobre mi cuerpo
árbol que florezca
siempre lleno de primaveras!
Nada mejor deseo para mí
Que la riqueza de haber
Vivido en esta tierra.







Luz

Voy por la vida
en actitud de dar y recibir,
como el campesino y el poeta:
Uno labra los campos,
el otro la palabra.
Hay un lugar dormido
que despierta;
entiendo la luz que veo,
siento la vida,
sueño con ser campo
abierto.
Me encuentro un desierto
en el que sembrar intento.







Palabras

Lleno mis manos vacías
con palabras
y con el eco del valle
que habito
compongo una melodía
que en letras dejo
buscando armonía.








Se vende futuro

Ojos de vidrio,
piernas de plástico,
niños de probeta,
cerebros domados.
Se vende futuro
incierto.
Aunque no
lo creamos
llevamos camino de tener
mañana todos en
el cerebro
una cosa muy rara.
Nos cuadran la cabeza
a golpes de decretos,
con ojos muy abiertos
televisión mamamos;
cada instante nos devora el futuro,
ojos de vidrio, piernas de plástico,
neuronas de cilicio,
coches a todo trapo.

Un día que me compré un coche.








Duende

Hay un amor que nunca muere,
vive en fantasía,
es duende de soledades
en mis noches y en mis días.
El llanto de los ríos
en lágrimas llega
al mar
pero el agua no tiene
con qué
poderlas secar.







Sin fronteras


¡Tengo un deseo tan profundo!
Es como una herida sin fin
desde todos los tiempos.
Aquí y ahora, sentado frente al mar,
el fuerte viento
quiere arrancarme mi secreto.
Me rindo, se lo doy todo.
Y le digo
"pregona sí, pregona,
que entre los humanos ando
buscando amor
y en este empeño
he labrado toda una vida
por los caminos".
Esos caminos sinuosos
con demasiados espinos
pero aquí el mar no sabe de fronteras,
lo habito y me habita,
siempre me recibe.

Cabo de Gata. Arrecife de Las Sirenas. 1983.







Solo

Cuando pienso en ti
todo mi ser se tensa,
eres mi locura.
Quiero escribir
de amor un poema
sin fin.

No quiero amor ausente.
Estar en la calle.
Ser libre.
Es lo que hago.
Adiós amor que te sea leve
en la forma y en el modo.
A mí con un paisaje y unos pinceles para pinta me basta.
El tuyo se gasto antes de tiempo
anda descolorido.







Amor al arte de crear

Mi amor hacia ti
es un amor sin fin:
Escultura,
pintura,
poesía.
Ser de otros ojos
la mirada;
ser de otras manos
el tacto;
ser de otro escribir
la lectura.
Cogí del viento
sus mejores melodías,
del lápiz sus mejores poemas
y de la roca su duro rostro.
He laborado sin descanso
primaveras en estériles campos
que florecen a destiempo
ante la adversidad
en este mundo avariento.

Después de hacer unas esculturas.







Todos

El otro lado de la memoria
ha raptado un presente
que, entre pétreo y orgánico,
nos enseña y dice,
coge tus manos,
trabaja sí, trabaja,
y mira tu pequeño ser
que en toda tu imperfección
eres lo más grande.
Te tienes a ti mismo,
piensa que en el otro lado de la memoria
estamos todos los olvidados,
los apátridas, los fronterizos.
Mi pensamiento,
mi corazón
y mis manos,
estallan en tempestades.
Quieto miro un cielo
que en la línea del horizonte se pierde
y, ante el desolado andar de este siglo,
cojo martillo y cincel
y hablo con la piedra.

Me revela sus secretos
de luz escondida;
de tiempos milenarios
quedan las formas que me habitan
luciendo su pétrea cara.
Siento como la vida
se mueve, nace y crece.

Haciendo esculturas en piedra.







Poeta

La voz del poeta habla.
Aún quedan poetas
en alguna esquina de la vida.
Soy de los que piensan
en un corazón que ama
en verso que me desgarra
y hasta lo más hondo llega.
O aquel otro
que en silencio me dice
lo grande que es amar
y no perder jamás
lo poco que tenemos de libertad.








Liberado

Hoy pateo mi egoísmo.
Me liberaré
cueste lo que cueste,
no lo quiero
como compañero de viaje.

Pienso en la sencillez
de la araña
que pacientemente
con un hilo
construye su casa.
Sólo eso necesita.
Nosotros devoramos
este planeta,
¡qué poco queremos
nuestra morada!
¡Qué ilusos!
¿O acaso creemos
que tenemos otro?
Somos hijos de la tierra
y a ella volvemos.

1.984








Corazón viajero

Mirando el mar vi
una ola romper
sobre la dura roca.
Y en espuma se marchó.
Mi corazón viajero va
en azul turquesa y agua de mar.

Tempestades
azotan mi alma.
Día y noche
lucho sin descanso
por encontrar un poco
de calma.
Al tiempo en que
vivo pido
que no me deje más olvidos.

1985.







Desnudo

Hoy he visto
al salir a pasear
máscaras por doquier.
La mía también iba incluida.
Soy como ellos,
uno más
de este lugar
llamado pueblo o ciudad.
¡Vayan tranquilos que no muerdo,
llevo mi mejor sonrisa,
para todos agradar
ando descalzo del alma
desvestido a no poder más
y aunque me vista de seda mi desnudez
no se terminará!







Tu voz

Cuando me hablas
me acaricia tu voz.
Amiga mía,
necesito tu mirada;
por pedir te pido
una sonrisa.
La primavera pasa
y el amor perdura.
Siempre lo pienso,
más allá el futuro es incierto.
En un abrazo
sin tiempo
los dos quedamos.

Una amante desconocida.







Viejo poeta

El poeta sentado
en una roca
mira un paisaje interior,
escarba dentro de sí mismo.
Está tan gastado
que ni sombra
de verso es.

Todo un tiempo
se condensa.
Setenta años tiene
pero aún le quedan
pasos que dar.

A un amigo poeta que se fue.







Raíces

Soy de estructura
permeable
como el árbol
y la tierra que me cobija.
Miro con ojos despiertos
todo lo que se mueve.
Deseo,
hasta casi la locura,
que el amor que vive
dentro de mí
deje de ser pensamiento
y retorne físico carnal
en lo terreno y en lo humano.
Como el agua, la piedra, el árbol
y el aire que respiro,
quiero que tenga
llanto y alegría;
en un caminar desnudo
sentir que con mis manos
toco el mundo
y tener de nuevo
la alegría que me das, amor.

Mi estructura
echa raíces nuevas,
aunque día a día colecciono fracasos.
Tengo un don especial para ello.
De ellos creo que aprendo.
Equivocado estoy
en mi derrota.
Compongo una victoria.
Mantengo esperanzas
y los sueños
me dan aliento.

1985.







A un niño

Desde mi pequeñez
veo el sol que nace.
Ando, miro, escucho.
Sentado,
desde la lejanía,
me veo pequeño
¡y pensar que yo creía
que era grande!
He guardado
en el armario del tiempo
a un niño.
Para protegerlo
lo he disfrazado
de hombre.
Aún camina.
Viví una infancia plena.
Me pasé los días
inventando historias,
no había nada que me lo prohibiese.
No tenía límite.

El valor de aquellos años
es incalculable;
hoy sé
que fue libertad.

Quedan colores
de mi infancia
guardados en
en una cajita
de los mil secretos.

Hoy recojo sensaciones,
amapolas,
el verde del olivar.
Son campos de la sierra
que desde un tren en marcha
veo pasar.
No me encerréis nunca,
dejadme en un campo
abierto
donde el único límite
sea el horizonte.
La verdad siempre es loca.
No se admiten pasajeros
en este barco
con esa enfermedad.

No somos de dirección única,
el libre pensamiento es censurado,
y, no lo olviden,
que jurados los hay
y nos seguirán condenando.








He perdido el tren

Ayer vi en televisión
nacer el principio del fin.
Al pensamiento
que nos mantiene vivos
nada más nacer
le colocaron una mordaza.
Oscuras nubes tiene
el horizonte,
el futuro es control.
Me bajo en esta parada.
He perdido el tren.
Adiós libertad, adiós.


Estación de Atocha. Madrid.








Soy raíz

A golpe de sol y viento
la dura roca se rompe.
De este tiempo soy raíz,
con letras busco
y de vez en cuando encuentro
en este árido paisaje que piso.
Aún me queda memoria,
escribo en el suelo
sembrando esperanza
en esta tierra.
Dejo semillas.
Brotarán
ramas sedientas.
Serán cobijo
del viento
en el llano
y en la alta sierra.







La barca va

Los amantes se besan,
olas de espuma
tiene el horizonte.
Son lágrimas de paz,
sueño de armonía,
no hay fronteras.
La luz nace nueva.
Son los amantes.
Dame un beso
que me arranque
de la monotonía,
amiga.
Quiero crear
una melodía,
despliego mis velas al viento
y aunque naufrague
amar es mi meta.
Seguiré en el intento.







Acariciar un paisaje

El viento anuncia
la temprana primavera.
Se viste la desnuda rama
y acaricia el paisaje;
yo viajero veo
del almendro la flor primera.
De un aire nuevo
en fantasía
que sobre las olas del mar
navega
y la imaginación mira
y dice
te regalo un poema
que es un pura armonía.








Noche laboriosa

En un aire limpio
empuño un azul
y siembro
laboriosas
noches de estrellas.

Trabajo un campo
que espera
lluvia de otoño que llega.
Granos de trigo
en mis manos,
granos de trigo
en la tierra.

La razón se esconde
en un rincón.
Quiere tener
sólo una verdad
y con ella como bandera
labrar la tierra sembrando trigo
y navegar y navegar.







La nana

De una rama
cuelga un nido.
Mece el viento los
pajarillos,
les canta una nana.

Soy de un pueblo pequeño.
En la huerta hago camino.
El sol
cada día
me canta mañanas en color.
Compañera,
siempre te espero,
soy rocío de este campo
que con mi sudor riego.

La misma huerta. 1986.









De vez en cuando

En una esquina
de la vida
de vez en cuando
se hace la luz.
El otoño compone
sinfonías en color.
El amor llora su ausencia.
Lo perdió todo,
se le cae el cielo
en un instante.
Quiere empezar
otra vez a soñar.
No le dejan las heridas.
He sido pequeño
en la montaña
más alta,
y en el océano
más grande.
No hablo,
guardo silencio.
Quietud.







El mar


Hoy el mar
esta tan quieto
que duerme
se tapa
con una alfombra
de azul turquesa.
A veces me veo
anclado en el vacío.
Camino y camino sin descanso.
Encuentro un árbol.
Lo miro,
soy feliz un instante.
Cae lluvia sobre la tierra,
que cierra sus heridas
y el hortelano en el surco
templa su mano y siembra
semillas en la fértil tierra.
La vida es un sueño,
pequeño o grande,
lúcido o loco,
pero es el sueño que tengo
más hermoso.

Cabo de Gata. 1986.







Vuelva usted mañana

Vuelan mis pensamientos
y en mi soledad,
el verde de sus ojos me abraza.
Veo partir el verano
y digo adiós
a dos cuerpos desnudos
que se miran al amanecer.
Sentado en lo alto
de una piedra,
allá arriba en el monte,
veía pasar el tiempo.
Formaba parte
del horizonte.
Inventé un sueño.
Lo presenté
en sociedad.
Me dijeron
"vuelva usted mañana,
hoy no se permite
soñar".







El beso

El árbol que planté ayer
día a día lo he visto crecer.
Soy tronco y raíz,
pinto un paisaje,
soy hojas que el viento mece
o tal vez pajarillo
que canta en sus ramas.

Ando cansado.
El estío en el sur
es muy fuerte.
Una solitaria higuera
me cobija.
Descanso.
Una lagartija me mira
mientras un grillo canta.
No he tenido parabienes
ni terrenales ni divinos.
¡Vaya un destino
que me ha hecho
sufrir tantos desatinos!

1990. Descansando a la sombra de una higuera.







Un instante

Hoy he visto
dibujarse una sonrisa
que nace en tu boca
y mi alma de poeta
se disloca,
empeño todo mi ser
y mil versos escribo
porque ante la belleza no vivo.
Amiga, quiero contarte
lo que me hace pequeño
y a la vez, grande.

1990. Mari Trini sonríe.







Vecino del viento


El intermediario
con labia fina
lanza su proclama
para decirte
que es necesario,
una vez más,
rebajar los salarios.

Hoy escribo
una línea en un papel
y digo
"aquí estuvo aquel
que fue vecino del viento
en este lugar que ayer
fue campo".
Devorado por una ciudad
Asfalto, ruidos, cemento
y coches a cientos.
Semáforos peatones
y la guardia municipal
con su traje de gala
me va a multar.

Almería mal aparcado. 1991.








Una rendija

La luz se agarra
a una rendija
antes de pudrirse
entre tinieblas,
cárceles en la tierra
cárceles el en alma.
Hay travesías en el desierto
que es mejor no pasarlas.
Se va el ayer
deprisa.
Trastos en la memoria,
un desván lleno de recuerdos,
asuntos que quedaron pendientes
que nunca se resuelven,
mañana quiero ser paisaje
de pintor enamorado
y en acuarela
amanecer al nuevo día.

Pintando una acuarela en el cabo San Vicente. 1992.







Tiempo para amar

¿Qué será de aquella estrella
que allá arriba
a solas palpita?
¿Le seré yo ajeno?
¡Tengo un hueco
en el corazón
que me cabe toda ella!

He sentido el aroma
de una piel suave
y en todo mi ser
una mirada enamorada,
rodeado por unos brazos
que acarician,
unos besos que no se van.
Un cuerpo
que se abraza,
un tiempo que no se pierde
en un mar en calma.

Es tiempo para amar.
Las primeras lluvias
de un atardecer en el alma,
de un silencio
que se escucha,
de unos amantes sedientos
que pasean por la arena
en una playa tranquila.

En las primeras lluvias de otoño
el vuelo de una gaviota
es como ver irse
la últimas rosa del verano.

Y, en el aire, un aroma flota.
Es el beso que no se pierde
de dos que se encuentran,
es la semilla que brota
de una puerta siempre abierta.
Un pájaro que canta,
amanece de nuevo mi vida,
me despierta temprano.

Mari Trini sonríe otra vez, y me mira con sus agrades ojos negros cuando le leo este largo poema. 1992.








Me parece la vida

Sencilla me parece la vida
en este despertar
y quisiera que fuese así
hoy, mañana y siempre.
Y con un lápiz
formo un ejército de letras
y defiendo mi libertad,
la tuya y la del otro.
Es un arma sencilla,
no corta, tampoco brilla,
pero cuando se acierta
la herida es mortal.







Las palabras vuelan


El poderoso
siempre quiere
domar la voz y la palabra
del poeta
que denuncia
con sus versos
las sinrazones
que desde el poder
se ejercen.
El poeta, honesto, no pone la mano
ni la cartera
y a veces se ve entre rejas.
Pero no sabe el tirano
que las palabras vuelan,
las lleva el viento,
su fiel amigo y compañero
y jamás mueren.

1993.








Llueve


Tengo la primavera
dentro del corazón.
Fuera llueve y
en la alta sierra
mucha nieve.
En la chimenea
los troncos arden.
Me recojo
en el calor del hogar.
Veo caer el agua
mansamente
a través de los cristales.
Llueve, sigue lloviendo
Todo es silencio.
De vez en cuando
los troncos
de la chimenea dicen algo.

Tímar. Primavera, 1998.







Parece que fue ayer

Otro lugar en la memoria.
No sé quien es más feliz,
si el que todo tiene
o el que todo espera
llevando ligero el equipaje.

En este mundo avariento
donde la doctrina es
tanto tienes tanto vales,
precio fijo para el amor.

La imaginación
se me queda pequeña
ante una realidad
que supera cualquier ficción.

Creí que el amor
me sacaría de mi error;
ciego en mi interior
no alcancé a ver
lo que sucedía entre nosotros dos.


Gastemos las horas,
con sus precioso minutos,
en discutir
como un par de brutos.

Te fuiste por fin
con otro amante.
Que te sea bien.
Liberado me sentí.

Ella se fue.







Oscuras razones


En la calle donde vivo
han arrancado los árboles.
Las aceras llenas de ausencias lloran.
Se desconchan las paredes,
en el olvidos

Cuando veo lo que han hecho
maldigo a todos,
alcalde, concejales y vecinos
todos de acuerdo
en cometer semejante desatino.

Intento caminar,
cuando a mi calle entro
los sepulcros de los árboles
aún están abiertos.

El pueblo en el que vivo
tiene rejas por doquier,
ventanas, puertas y balcones,
pero las que son más duras que el acero
viven en los corazones.

En el pueblo donde vivo
he visto
a un rico envidiar
del pobre su libertad.

Vive el rico atado a su riqueza
y más quiere,
camina el pobre libre en su pobreza
y todo tiene.

En el pueblo que vivo
de amor ni hablo,
todo son olvidos;
una buena cuenta
es lo que más interesa
con gran sonrisa
delante de una buena careta.

Se instala la avaricia
donde medra la injusticia,
se cree el poderoso
que sólo sale el sol para él.
También sale para mí y para aquel.



Que se pase por el cementerio
y verá que allí
todos comparten el mismo lecho,
no existen ni ricos ni pobres
y menos los sin techo.

Aldeílla. Mi pueblo de toda la vida. 1998.







Latidos


Late mi corazón al desespero,
de todo quiere ser olvido.

Soy tan pequeño
que para mí
las estrellas son
un lejano sueño.

Del amor quiero lo sencillo.
Tengo el alma grande
en un corazón
de chiquillo.







Silencio


Se pasó la estación del amor.
Pocas primaveras quedan.
Ayer creí encontrar algo
que hoy se llama soledad.
Otra vez mañana
volver a empezar.







Memoria

Hay en mi memoria
una historia
de siempre empezar.
Nunca fui dueño
de mirada enamorada.
Sí compartí
besos y sueños
y aire limpio
donde descansan las nubes.
Ese es otro cantar.







Silencio


Bebí en silencio
en el ánfora
humedad de tu piel.
Me quedé con el néctar
que los dioses pusieron en ti.
Hoy recojo sueños y enseres.
Me quedo en silencio
y vuelvo a empezar.

Último amor. Se fue sola. 2003. Casi me manda al hospital.







Último poema de este libro

He andado un largo camino.
Miserias de toda índole he encontrado,
amores generosos por mi vida pasaron,
Algunos en brevedad vivieron.
amores que en el camino quedaron.
Las guerras no han terminado,
se acrecientan,
y el pueblo sigue al desamparo.
Los concursos de poesía tampoco se terminaron
y los poetas menos aún
es un gran acierto, afilar el verso,
Los políticos piensan,
que el estado es su cortijo ,y nosotros su lacayos.
¡Esto sí que es alegría de la buena!
Los jurados ¿que me decís de los jurados?
de esos literarios.
Que juegan con hambre e ilusiones.
Ando curtido yo de esta suerte,
sé que pase lo que pase seguiré escribiendo
a gusto de poca gente.
Soy fronterizo de ningún lugar,
no pongáis más rejas, ni aquí ni más allá.

Vosotros que sois jueces decidid con equidad
¿qué es un poeta bueno o un poeta malo?
Siempre con mis dudas ando.
Disciernan bien vuestras mercedes
que malos caminos hay,
los he andado, es mi suerte de caminante.
En estos versos para un jurado.
Hoy poetas anónimos que quieren acceder al parnaso

Lo dijo un sabio un día,
lo de verdad importante
no es escribir un poema
mejor pensar en poesía.

Ha pasado demasiado tiempo
y este mundo cada vez
es más avariento.
Sigo caminando y buscando
¿soy ajeno a los días? ¡Que más quisiera yo!
Ellos me siguen llevando.
El verso fue ayer al iniciarse la primavera, hoy es el poema.

Trece de abril de 2005









He jugado a la primitiva y no he pillado ni moscas.
Mi suerte esta echada, no jugare más, las arcas de hacienda
Engordan, mi bolsillo mengua. Cerca del dos mil cinco ando, es un buen año, todos los años son buenos

Fin de este poemario que se empezó en el verano del setenta y dos volando en un avión militar sobre el desierto del Sahara. Me secuestro la dictadura franquista, mis intentos de cruzar la frontera fuero inútiles me cogieron.
Han pasado tantas cosas que sería difícil enumerarlas pero en todos estos años nunca dejé de escribir, y de caminar porque ante todo soy un caminante. Relatos cuento poemas teatro y novelas. He almacenado un gran tesoro, unas diez novelas; tres terminadas,

También tengo once libros de poesía terminados. Este fue el segundo que empecé. El primero se perdió en una mudanza espero que alguien lo halla encontrado.
De cuentos y relatos tengo más de cien también terminados. Soy de los que de verdad disfrutan escribiendo a mano y en cuaderno con un lápiz, cuando la historia me seduce no paro hasta que se me agota el hilo por gordo que sea el ovillo. Tengo una novela de más de mil páginas y lo que de verdad me cuesta es pasarla a maquina, pues hace cinco años que estoy en ello siempre que dispongo de tiempo físico y mental. ¿Hay quién dé más? Sinceramente no lo sé ni me interesa. Voy almacenando retazos de mi existencia en estantería de una desvencijada biblioteca en la que se amontona libros y recuerdos por todos lados

También he reunido una colección de esculturas, una, mil más o menos que con gran esfuerzo he ido realizando a lo largo de treinta años, y varios miles de pinturas. También cálculo que unos trescientos pirograbados. Dejé de hacer esculturas y pirograbados. No tengo espacio material para tener la obra. Pinto alguna acuarela de vez en cuando porque es la forma más pura de pintar el paisaje, es como cazar sensaciones en el momento que nacen. A veces voy demasiado cansado. No tengo por qué quejarme puesto que este trabajo lo elegí yo, componer en libertad tiene un precio muy alto que se llama soledad.
Me he propuesto terminar todos los libros que tengo escritos en cuadernos a lápiz y en ello ando.

El autor. Salud y que les siente bien la poesía.

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